El ecumenismo es tarea de todos
—¿Qué celebramos este jueves?
—La celebración ecuménica en la catedral de la Almudena tiene por motivo el 1.700 aniversario del
Concilio de Nicea. Seguimos festejando el Jubileo de 2025 y uno de sus objetivos es conmemorar Nicea. Por otro lado, la implementación del Sínodo ha dado al ecumenismo un carácter importante. La idea es que esta sea la conmemoración oficial de la Iglesia española, que celebra junto a las otras confesiones cristianas aquello que nos une: el credo.
—¿Quiénes irán y por qué es especial?
—Representantes del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, del Obispado ortodoxo rumano, de la Iglesia ortodoxa rusa, de la Iglesia apostólica armenia, de la Iglesia ortodoxa serbia, de la Iglesia de Inglaterra, de la Iglesia Evangélica Española, de la Iglesia evangélica luterana y de la Iglesia Española Reformada Episcopal.
Lo especial es que hay un credo que nos une a todos. Esto es motivo de celebrar aquello que nos une por encima de lo que nos divide. Y hay un compromiso de trabajar juntas las Iglesias en todo aquello que nuestra fe nos permite.
—¿Por ejemplo?
—Ya estamos trabajando en cuestiones como la defensa de la libertad religiosa, la atención conjunta a migrantes, la promoción de la dignidad de la vida humana en todas sus etapas y el trabajo común por el cuidado de la creación. Es un signo de esperanza que, en el marco del Jubileo, las Iglesias, que hemos vivido separadas y al margen unas de otras, demos un testimonio común de que gracias al diálogo podemos estar juntos y superar los enfrentamientos que hemos tenido a lo largo de la historia.
–¿Cuáles han sido las traducciones más concretas?
—Está la Mesa del Diálogo Interconfesional en España. Y en realidad, a lo largo del año ya se han ido haciendo otras celebraciones. Una en Barcelona, otras en Córdoba o en Sevilla. Esta lo que tiene importante es que van a celebrar todos los obispos de España. La Iglesia española va a hacer esta celebración y se convierte en preámbulo de lo que va a ocurrir en Nicea [con el viaje del Papa, N. d. R.]. También se va a pronunciar conjuntamente el credo.
–Nicea lo presidió Osio de Córdoba. Es santo para los ortodoxos, pero no para nosotros. ¿Podrá serlo?
—Se han recogido durante este año firmas para ello entre todos los obispos y religiosos con motivo de la celebración de Nicea. Es algo que ha promovido el Obispado de Córdoba porque le afecta directamente. Se ha enviado al Dicasterio de las Causas de los Santos para que se estudie y se revise el expediente para que lo consideremos como santo.
—Francisco se ofreció a cambiar nuestra fecha de la Pascua para coincidir con los ortodoxos. ¿Se ha avanzado?
—Es una cuestión que ya salió en el Concilio con la constitución Sacrosanctum Concilium. Estamos dispuestos a estudiar este tema porque esa desunión divide y es un antitestimonio. Las últimas manifestaciones que hizo el patriarca de Constantinopla fueron que este es un tema que se acordó en un concilio y haría falta otro para poderlo modificar. Los ortodoxos dan mucha importancia a los concilios. La dificultad está en que entre los patriarcas ortodoxos no se ponen de acuerdo. Hay algunos que se adaptaron al calendario gregoriano. Otros siguen con el juliano. Y el enfrentamiento que hay de Moscú con muchos patriarcados hace que, si unos proponen una fecha, otros dirán que no.
—León XIV recibió hace un mes a los asirios y dijo que aspiraba a celebrar en un mismo altar. ¿Es una meta conseguible o un deseo más abstracto?
—El objetivo último del movimiento ecuménico es la unidad plena en lo esencial. La máxima expresión sería la celebración de la Eucaristía. Ya se ha llegado a acuerdos con Iglesias orientales y ortodoxas. Cuando los fieles no dispongan de un templo cercano de su propia tradición pueden comulgar en uno de ellas; por ejemplo, si se van de viaje. Yo he participado así y he comulgado en una iglesia apostólica armenia. Los sacerdotes no podemos concelebrar, pero un católico se puede confesar y recibir la comunión. Está ocurriendo mucho con ucranianos que no encuentran una iglesia ortodoxa.
—¿Qué tiene en su mano hacer un católico de a pie por el ecumenismo?
—El ecumenismo es tarea de todos. Lo primero que se puede es pedir por la unidad de los cristianos, que lo podemos hacer todos. La desunión es un escándalo que le resta credibilidad a nuestro mensaje y nos tiene que doler. Podemos formarnos en cuestiones de diálogo. La Iglesia está avanzando y no podemos tener actitudes de rechazo al diferente.
—¿Qué puede adelantar de la declaración conjunta que se leerá este jueves?
—Tiene como modelo aquel Credo del pueblo de Dios que ya hizo Pablo VI en 1968. A cada artículo del credo se le ha hecho un comentario actualizado ante la situación que vivimos hoy en día. Por ejemplo, Dios Padre es Creador. Por tanto, hablamos del compromiso de todas las Iglesias por el cuidado de la creación. Si hablamos de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, hablamos de una fe que está encarnada y que implica trabajar por anunciar a Jesucristo, salvador de todos. Hablamos de la dignidad de la persona humana en tanto que creada a imagen y semejanza de Dios. Todo esto se va actualizando con cuestiones más concretas.
Por Rodrigo Moreno Quicios. Publicado en Alfa y Omega



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