El Cántico de las Criaturas sigue hablándonos ochocientos años después
En 2025, los franciscanos celebrarán el 800.º aniversario del Cántico de las Criaturas (también
conocido como Cántico del Hermano Sol) de Francisco de Asís. Se cree que fue dictado por Francisco entre 1224 y 1226, y ha inspirado numerosas traducciones, composiciones musicales, representaciones artísticas y producciones cinematográficas, la más conocida Hermano Sol, hermana Luna. Una de las primeras 'canciones de monjas' que aprendí cuando me uní al coro de la comunidad fue nuestra propia versión del cántico, que se canta en muchas celebraciones importantes en los Estados Unidos.
El cántico de Francisco fue revolucionario al considerar a toda la creación como igual a la humanidad. Hoy en día se lee como un llamamiento a abrazar nuestro frágil universo, la Tierra y todos sus habitantes. Un 800.º aniversario no puede pasar desapercibido. Quiero explorar lo que el cántico me dice en este momento.
Francisco era ascético en su práctica personal, pero eso no se trasladó a su cántico. Cada parte del cántico comienza con una alabanza. Para Francisco, Dios es relacional y debe ser alabado, no temido. Dios nos ha dado grandes dones y debemos estar agradecidos.
Altísimo, omnipotente, buen Señor,Tuya es la alabanza, la gloria, el honor y toda bendición.Solo a Ti, Altísimo, Te pertenecen,y ningún ser humano es digno de mencionar Tu nombre.
Francisco comienza proclamando la preeminencia de Dios. Deja muy claro que Dios es el número uno y debe ser reconocido como tal. La humanidad y toda la creación ocupan un distante segundo lugar. Obsérvese que en la estrofa inicial no se dice que los seres humanos sean indignos, sino que se hace referencia a ello para reforzar la superioridad de Dios.
especialmente al hermano sol,que es el día y por quien nos das la luz.Y él es hermoso y radiante con gran esplendor;y lleva una semejanza Tuya, Altísimo.
La primera criatura en ser reconocida es el sol. Me atrevería a decir que a todo el mundo le gusta un bonito día soleado. Hay pruebas científicas de que demasiados días nublados pueden afectar a la salud mental. En el mundo antiguo, el sol era esencial; el fuego, las velas o las lámparas de aceite eran lujos. El día comenzaba cuando había suficiente luz para ver y terminaba cuando estaba demasiado oscuro para ver. El sol era la vida misma.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,en el cielo Tú las formaste claras, preciosas y hermosas.
Sospecho que Francisco y sus seguidores sentían curiosidad por la luna y las estrellas. Conocían bien las historias de las Escrituras sobre los visitantes del este que siguieron la estrella para encontrar al recién nacido Jesús. A mí, contemplarlas me ayuda a sentirme conectada con la Tierra, conectada con el universo. Me recuerdan que soy una parte muy pequeña de una realidad mucho más grande, y me hacen plantearme preguntas sobre lo que hay más allá de ellas en nuestro universo en constante expansión.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento,y por el aire, nublado y sereno, y por todo tipo de clima,a través de los cuales das sustento a Tus criaturas.
El viento puede traer un agradable frescor, pero también una destrucción devastadora. El viento del lago refresca el calor en verano, pero en invierno significa nevadas importantes, como bien saben los que viven en la cuenca de los Grandes Lagos. También hay tornados y huracanes, y el viento puede avivar los incendios hasta convertirlos en infiernos, por lo que no siempre es bienvenido. El viento también impulsa turbinas para producir energía limpia. Su doble naturaleza refleja el don y el riesgo de la creación.
que es muy útil, humilde, preciosa y casta.
El agua sustenta la vida, pero el acceso a ella es desigual. Uno de los proyectos globales de mi comunidad se llama Hermana Agua. Recaudamos fondos para excavar pozos y ayudar a proporcionar agua limpia a lugares del mundo donde escasea. En Occidente es fácil dar el agua por supuesta, aunque la contaminación y las infraestructuras obsoletas nos recuerdan que no debemos hacerlo. El exceso de agua es tan devastador como la escasez, otro recordatorio de la fragilidad de la vida.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,por quien iluminas la noche,y él es hermoso y juguetón, y robusto y fuerte.
El fuego aporta luz, calor, permite cocinar y proporciona energía, pero también puede ser destructivo. No vivo en una zona con alto riesgo de incendios, pero los dos últimos veranos he sufrido los efectos del humo de los diversos incendios forestales que han asolado Canadá. Había una estación de bomberos en activo a una manzana de mi casa. Cada vez que oía las sirenas, contenía la respiración, ya que no podía imaginarme perderlo todo en las llamas.
Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la Madre Tierra,que nos sostiene y gobierna,y que produce diversos frutos con flores de colores y hierbas.
La Tierra es nuestro hogar, y aunque sigo maravillándome con los nuevos descubrimientos, también lloro la destrucción causada por la humanidad. La creación misma, a través del viento, el agua y el fuego, nos recuerda su poder. El uso humano de los recursos y los contaminantes aumenta el peligro que corre nuestro hogar común, como señaló el papa Francisco en la encíclica Laudato Si'.
Las últimas estrofas cambian el tono del cántico de Francisco.
Alabado seas, mi Señor, por los que perdonan por Tuamor, y soportan la enfermedad y la tribulación.Bienaventurados los que perseveran en la pazporque por Ti, Altísimo, serán coronados.
Francisco reconoce que en la vida no es todo un mar de rosas. Habiendo sido prisionero de guerra y repudiado por su familia, conocía bien el dolor de la vida. Como seres humanos, cometemos errores, intencionadamente o no. Hay dificultades y luchas que todos soportamos. Perdonar y aprender a vivir con las dificultades y las luchas no es tarea fácil, de ahí su bendición a aquellos que viven, o intentan vivir, esos ideales. Seré sincera, no es fácil. Hay momentos en los que quiero aferrarme al dolor o al rencor, o quiero venganza.
Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal,de la que nadie que viva puede escapar.Ay de aquellos que mueren en pecado mortal, porque la segunda muerte no les hará daño.Bienaventurados aquellos a quienes la muerte encontrará en Tu santísima voluntad,
Se dice que Francisco escribió esta última estrofa cuando estaba cerca de la muerte. La muerte es una realidad, pero rara vez se acepta. A veces, después de una vida bien vivida o una larga enfermedad, a menudo se considera una bendición. La muerte que llega inesperadamente o demasiado pronto según nuestros criterios mortales es mucho más difícil de aceptar. Mis padres murieron relativamente jóvenes, por lo que soy consciente de que el final de mi vida terrenal está más cerca que el principio. Aunque es una realidad aleccionadora, no me causa mucha ansiedad. Lo que me depara el futuro acabará revelándose.
Alabad y bendecid a mi Señor y dadle graciasy servidle con gran humildad.
Francisco termina como comienza, con alabanzas. Llama a todos a una vida de gratitud y servicio humilde. Su mensaje parece tan relevante hoy como lo era hace 800 años. Mientras sigo rezando con el cántico de Francisco, no puedo evitar preguntarme qué incluiría si lo escribiera en 2025.
Por Jane Marie Bradish, traducido por Carmen Notario. En National Catholic Reporter
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