Alguien que llega a la santidad a través de sus talentos

¿Se puede establecer un paralelismo entre la convulsa Barcelona del siglo XIX que describes en el libro y el contexto social actual, donde recientemente el Papa Francisco alertaba no de una época de cambios, sino de un cambio de época?

Creo que sí se puede establecer un paralelismo. Entre otras muchas razones, porque Gaudí comienza la construcción de la Sagrada Familia en tiempos de León XIII y, curiosamente, quien seguramente la vaya a bendecir será León XIV. Además, en la época en la que Gaudí comienza la construcción del templo se da la Rerum novarum y el arquitecto es conocido, entre otras cosas, por intentar mejorar las condiciones de salud, laborales y de vida de sus trabajadores. Les llega a construir una serie de casas en lo que hoy es el parque al lado de la fachada de la pasión. Y luego, en la Barcelona de entonces también se da un cambio de época. Se rompe la ciudad medieval, se multiplica por cuatro su población, hay muchísimos movimientos sociales, rupturistas, bombas… Y ahora, como alertaba Francisco, también estamos en un cambio de época. Con sus particularidades, pero se puede establecer ese paralelismo.

Me habla de la preocupación de Gaudí por las condiciones de sus trabajadores. ¿El arquitecto es un modelo válido de cristiano para el mundo de hoy?

Diría que sí. Es alguien que llega a la santidad a través de sus talentos. Esto es algo en lo que incidía

mucho el Papa Francisco: la responsabilidad de desarrollar los dones que Dios nos da y, en ese sentido, Gaudí es un ejemplo. Hay que señalar también su visión cristiana de la vida, su recogimiento casi místico y su vertiente solidaria. En esta, destaca esa catedral de los pobres que era lo que él soñaba para la Sagrada Familia o la construcción de las 
escolas de la Sagrada Familia después de la semana trágica de Barcelona. Y lo que te comentaba antes, de la mejora de las condiciones laborales de sus trabajadores. Con todo, yo creo que Gaudí es un modelo de santidad para muchos.

¿Por qué ha costado tanto que saliera adelante el reconocimiento de virtudes heroicas?

Supongo que porque Gaudí es un personaje mundialmente conocido por su arte, no tanto por su fe. De hecho, el reconocimiento de Gaudí como un hombre de oración, de mística, incluso el reconocimiento de la Sagrada Familia como un lugar donde todo tiene una visión bíblica, ha sido más tardío. Cuando hemos hurgado en la razón de ser de sus obras, especialmente la Sagrada Familia, es cuando hemos visto, cuando se ha visto, esa innegable faceta religiosa. A partir de ahí, todo se ha potenciado de cara al centenario. Aquí también hay que hacer valer el trabajo tanto de la Asociación de Amics de Gaudí, de la Junta para la Beatificación y del Arzobispado de Barcelona, especialmente del cardenal Omella.

El año 2026 es clave. Se conmemora el centenario de la muerte del arquitecto. ¿Alberga esperanzas de que pueda darse ese año su beatificación?

Sí, de hecho, se están estudiando al menos un par de posibles milagros atribuidos a su intercesión que podrían llevar a declarar su beatificación. No creo que sea arriesgarse decir que 2026 podría culminarse con la beatificación del arquitecto de Dios. Incluso me atrevo a poner una fecha, el 10 de junio de 2026, momento en el que se cumplen los 100 años de la muerte de Gaudí. Para esa fecha seguramente se terminará la última de las torres. Sería un gran momento para invitar a León XIV a visitar España, visitar Barcelona, bendecir, como hizo Benedicto XVI, la basílica de la Sagrada Familia y beatificar allí a Antonio Gaudí. 

Le pido ahora que se enfunde el mono de aprendiz. ¿Con qué se queda, o qué ha podido aprender, de la vida y obra de Gaudí?

Yo suelo decir que Gaudí es el último gran arquitecto de la historia, el último gran inventor. Investigando para esta novela, que no deja de ser, por cierto, una historia de amor ambientada en los primeros años de su construcción y que nos sirve para contar la historia de Barcelona y la historia del fin del siglo XIX y comienzos del XX, me ha impresionado especialmente la fachada del nacimiento. En ella cada detalle está pensado; no hay una sola línea recta. Al final, Gaudí fue haciendo de la Sagrada Familia su gran obra, su razón de ser; e intentó darle una mirada de fe y trascendente. Cada detalle tiene un sentido. Es inabarcable.

¿Con qué le gustaría que se quedaran los lectores de tu libro?

Me gustaría que los lectores disfrutaran de la novela, disfrutarán de los personajes de Pau, de Rosetta; que entendieran que es una novela histórica, con mucha documentación, pero que no deja de ser una novela en la que los personajes están también en función de la historia que se cuenta. Es una historia de amor, de arte, de pérdidas, de dolor, de transformación. Es una novela que espero que el lector se apropie de ella, porque, cuando terminas de escribir, la literatura deja de ser del autor y se convierte un poco en quien la lee. Ya lo decía Neruda, que la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita. Parafraseando, yo creo que esta novela me gustaría que fuera no tanto del autor, que ha dejado de ser suya, cuanto del lector, porque sin lectores no somos nadie.

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