El Dios migrante

Buenas noches un gusto poder estar aquí en este espacio tan hermoso, lleno de sensaciones y espíritu de acogida, Mi nombre es Santiago Moran, soy paraguayo y migrante con esperanza - llevo 2 años aquí entre ustedes, viviendo los “altos y bajos” de “irse de tu parentela” a “otra tierra tal vez desconocida” - como migrante y no solo yo, seguro pasamos tantas transiciones personales y laborales, pero nuestro caminar siempre va acompañado con la dura realidad, pero también con la suave brisa de la esperanza, de que nuestro alrededor, ya que somos ese “otro” que llega, siempre sea amado, acogido y restaurado, por eso siempre vivimos soñando..

¡Hoy tengo un sueño! -Gritaba Martin Luther King un 28 de agosto de 1963, ese grito profético sigue resonando y trascendiendo las líneas de todos los tiempos y contextos, un deseo por la esperanza, la igualdad, la unidad, el amor y la justicia que desborda e inunda todas las barreras y murallas puestas por los hombres.

¡Hoy soñamos nosotros los migrantes! con tintes ecuménicos, no solo por los encuentros posibles en


estos espacios, sino también por la posibilidad de seguir pensando y creando a la luz de nuestras realidades no una “utopía” fuera de esta historia, sino “en y desde la historia” como dice Ignacio Ellacuria - es la historia y no solo la mía, sino la de muchos/as que se presenta como “des´-esperanza, como obstáculo, como muerte y censura, desde los aspectos económicos, legales y religiosos.

Hoy sueñan tantos y tantas migrantes: al salir de sus tierras, encuentren oportunidades que le permitan desarrollarse en lo familiar y personal, hoy muchos salen por esa vida abundante la cual Jesús predicó, esa vida digna, esa vida plena, esa vida asegurada, bendecida y guardada por el Dios de Vida, por el Dios migrante (que tal vez nuestras tierras por motivos de injustica no proveen), hoy se que sueña: los y las jóvenes migrantes, el que trabaja en negro, el que trabaja en el sol y frio del campo, hoy se que sueña la mujer o joven interna que pasa meses o años como interna (cuidando casas o personas) motivada e impulsada por familia e hijos.

Hoy soñamos y anhelamos con demanda profética: que nos miren como un “otro” que nos miren desde la novedad del Reino, que nos miren como amigos, hermanos y comprometidos contigo - que no nos miren como “objeto” sino desde otro paisaje, desde otro horizonte, desde ese Mundo deseado por Dios - que nos miren como el Rostro de Dios.

Hoy sueño y confieso a la luz del Salmos 119:17-23: “..No soy más que un extranjero en la tierra, por lo tanto Señor no me hagas pasar vergüenza, sino que me aferro a Ti…”

Hoy soñamos también aquellos que al estilo de Jesús queremos vivir: una vida que haga honor y sea palpable a la luz de ese Reino de los cielos presente y que se manifiesta en el amor abierto y sin barreras - hoy soñamos, perseguimos y luchamos por un mundo de mesa abierta, de escucha abierta, de diálogo abierto, de intercambio y riqueza - y en clave niceno, la trinidad no solo es un dogma para enaltecer y creer, es también un dogma para vivir ¿para vivir que? la igualdad, la fraternidad y la función salvífica - me encanta pensar en la palabra ecuménico, su raíz se compone de una palabra en griego que significa “Casa, Hogar, economía” una casa, un hogar, un espíritu y acción no de puertas cerradas o acciones frías, sino abierta de par en par transformada por Jesús, capaz de abrazar y amar todo lo que abarca - por lo tanto así pensamos en la trinidad, en un Dios omni-abarcante, un Dios diverso capaz de darse sin límites para todo aquel que Lo invoque

Que lindo y que sueño es pensar hoy que vivir en ese “espíritu y accionar ecuménico” no solo busca lo común en cuanto a lo religioso, sino que es macro, abarca todo el componente humano: la vida entera.

Entonces así, la trinidad no solo se vuelve un concepto abstracto y complejo de entender, sino que se hace sencillo y real cuando empezamos a vivir en Amor, fraternidad y misión para con el mundo.

Hoy quiero proponer como un migrante de origen paraguayo que solo un Dios sufriente, implicado en nuestras realidades rotas puede salvarnos, y que solo un Dios diverso y que abraza, sale a nuestro encuentro para llamarnos a diario no solo “a creer esto” sino “a vivir esto” junto con otros y otras.

Muchas gracias.

Por Santi Morán. Publicado en Religión Digital (intervención en una oración de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos)

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