Ser Evangelio, ser Buena Noticia, ser humano

La teóloga y psicóloga Rosa Ruiz Aragoneses considera que “nuestra credibilidad como cristianos se juega en nuestra credibilidad como seres humanos”. Así lo expuso ayer, durante la conferencia ‘Ser Evangelio’ que impartió en el XVII Congreso de Escuelas Católicas que se reúne hasta mañana en Madrid y concentra a cerca de dos mil docentes de todo el país.

Para la responsable de Investigación del Centro de Humanización de la Salud San Camilo, “ser Evangelio es ser Buena Noticia”. “El primer punto para ser Evangelio es ser humano, algo que parece obvio, pero que no lo es tanto. Ser humano es reconocer que no somos dios”, explicó. “Ser humano es estar en continuo cambio, no somos participio, somos gerundio”, añadió después. “Nos cuesta más creer en la semilla de mostaza que en Mr. Wonderful, nos tenemos que concienciar de que no podemos con todo”, expresó al abordar la necesidad de afrontar el fracaso y nuestras propias limitaciones.

En este sentido, advirtió de que “ser humano es también ser ‘blandito’, aunque lo cierto es que nos


cuenta vivir desde la fragilidad y como nos decía san Juan de la Cruz: ‘¿Qué sabe el que no ha sufrido?’”.  Pero además de ser frágiles y vulnerables, nuestro barro está habitado de Espíritu Santo, lo que se debería traducirse en un talante abierto, flexible, nada dogmático”, compartió después con otra alerta: “Si no es así, puede ocurrir que seamos muy religiosos y muy poco espirituales, eso es un drama”.  “¿Por qué tanta prevención si no son de los nuestros? ¿Por qué sospechar continuamente?, se preguntó.

En otro momento de su intervención, compartió que “cuando nosotros somos imagen de Dios, la gente se estira, no se encoge”. Parafraseando al teólogo Manuel Gesteira, apuntó que somos la imagen del Dios que adoramos y si nuestra imagen es la de un Dios “decrépito y rígido” miraremos así al ser humano.

Con este punto de partida, Ruiz sentenció que “ser Evangelio es ser lúcidamente valientes”. “Por tanto, donde no hay libertad, sospechemos que no esté el Espíritu de Dios”, apuntó después. Y remarcó: “Ser valiente con alguien más débil que tú no es parresía, puede ser hasta abuso. La parresía es cuando nos estamos arriesgando. Si vivo desde la seguridad de mi institución o de mi propia imagen no somos valientes”.

La teóloga segoviana también recordó que “ser Evangelio no es ser ideología, me da igual del color que sea”. “Últimamente tengo la sensación de que nos está comiendo la ideología”, apuntó. Al hilo de esta cuestión expresó que “los carismas son un don del Espíritu Santo, pero ni son Dios los fundadores ni el carisma es el Evangelio, se pueden convertir en ideología”.  “A veces nos doctoramos en justificar santamente lo que hacemos porque ya lo habíamos decidido hacer”, añadió.

Todos podemos ser fuentes de salud o de toxicidad”, apuntó en otro momento, con un nuevo aviso a navegantes: “A veces parecemos más preocupados por echar la gente que tiene demonios que a los demonios mismos”.


Por José Beltrán. Publicado en Vida Nueva

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