La cruz de Cristo es también la cruz de las mujeres que sufren violencia
El acompañamiento a las mujeres víctimas de violencia machista es una apuesta significativa en la acción social de Cáritas. En su larga trayectoria de trabajo, Cáritas se ha centrado tanto en la intervención directa, como en todo tipo de iniciativas que miran hacia una mayor concienciación y corresponsabilidad en la lucha contra esta lacra social.
Con motivo de la celebración el 25 de noviembre del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Cáritas da cuenta de su labor en este ámbito con el objetivo de conseguir una verdadera igualdad y justicia entre hombres y mujeres.
En 2023, el apoyo ofrecido por Cáritas a estas mujeres abarcó desde atención psicosocial y asesoramiento jurídico hasta talleres de desarrollo personal, inserción laboral y ayudas económicas en casos de especial vulnerabilidad. Además, la organización puso a disposición de las víctimas 16 pisos y casas de acogida y 15 centros de día, diseñados como espacios seguros para las mujeres y sus hijos.
En el ámbito de la prostitución, Cáritas contactó a 2.994 mujeres, de las cuales 1.523 fueron localizadas en lugares de ejercicio como calles, clubs y asentamientos, mientras que 1.337 acudieron a centros de atención. De ellas, el 26% (800 mujeres) se encontraban en situación de explotación sexual y 275 presentaban indicios de trata. Según Leticia Escutia, del equipo de Inclusión Social de Cáritas Española, “hemos observado un preocupante aumento de mujeres en contextos de prostitución en asentamientos precarios, muchas de las cuales se enfrentan a agresiones y exclusión social debido a su vulnerabilidad”.
Además del acompañamiento directo, Cáritas ha intensificado sus acciones formativas para sensibilizar a la población, preparar al personal técnico y al voluntariado, y proporcionar herramientas para detectar precozmente la violencia machista. Estas iniciativas buscan no solo apoyar a las víctimas, sino también prevenir la perpetuación de la violencia.
Y hacen un llamamiento al Gobierno pidiendo una ampliación del concepto de violencia de género para incluir todas las formas de violencia machista: “Es necesario garantizar un acceso equitativo a derechos como vivienda, empleo y prestaciones sociales para todas las víctimas, sin importar su situación administrativa”, ha afirmado en rueda de prensa Raquel Benito, del equipo de Incidencia Política de Cáritas.
Por Cáritas Española
Hoy, 25 de noviembre, tiene lugar el “Día de la Erradicación de la violencia contra la mujer”, una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y que, en su faceta física o sexual, afecta a una de cada tres mujeres en el mundo.
La violencia contra la mujer, en sus múltiples formas, sigue siendo una pandemia global que afecta a millones de mujeres en todos los rincones del planeta. «Las mujeres continúan enfrentando discriminación y violencia tanto en la esfera pública como privada, con frecuencia sufriendo restricciones legales y culturales que limitan su acceso a derechos básicos como la educación, la salud, la propiedad y la vivienda. Además, en muchas regiones persisten prácticas que las obligan a contraer matrimonios forzados o les impiden heredar propiedades, perpetuando su vulnerabilidad», explica María José Hernando, del departamento de estudios de Manos Unidas.
La ONU define la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico», lo que abarca, también, amenazas, coacciones y la privación arbitraria de la libertad.
«Y entre estas violencias, que tienen efectos devastadores y duraderos, no solo sobre la salud física y mental de las mujeres, sino también sobre su capacidad para acceder a oportunidades y tomar decisiones en sus vidas, se encuentran, también, la trata de personas, la mutilación genital femenina o el matrimonio infantil, que se dan, fundamentalmente, en los países en los que trabajamos en Manos Unidas», denuncia Hernando.
De los 736 millones de mujeres, casi una de cada tres, que serán víctimas de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas, las más vulnerables son aquellas que pertenecen a minorías étnicas, viven en situaciones de conflicto armado, son migrantes o refugiadas. Porque, explica María José Hernando, «a pesar de los avances en la lucha por la igualdad de género, la impunidad sigue siendo una constante, especialmente cuando las víctimas pertenecen a los sectores más pobres y marginados».
En este contexto, «desde Manos Unidas trabajamos activamente para erradicar la violencia contra las mujeres en América Latina, Asia y África, a través de proyectos que buscan erradicar la violencia y las causas que la perpetúan», asegura Hernando. «Y lo hacemos promoviendo la capacitación y el fortalecimiento de las mujeres y niñas, garantizando su acceso a derechos fundamentales y a una vida digna».
El trabajo de la ONG de la Iglesia católica y de sus socios locales se enfoca en sensibilizar a las comunidades sobre la importancia de la educación y la prevención, con el fin de crear redes de apoyo y justicia que combatan la violencia y la impunidad y que permitan a las mujeres vivir libres de violencia y participar activamente en la toma de decisiones de sus comunidades. «Porque todos podemos contribuir a la lucha contra la violencia de género, creando una sociedad más justa e igualitaria para las mujeres y niñas de todo el mundo”, afirma Hernando.
En los últimos cinco años, Manos Unidas ha destinado más de cuatro millones de euros a 48 proyectos que han beneficiado a casi 134.000 mujeres y niñas en América, Asia y África.
Por Manos Unidas
La violencia de género es un problema que afecta gravemente a toda la sociedad, no solamente a las mujeres que la sufren. Es por esto que la Iglesia de Madrid quiere posicionarse de manera clara, favoreciendo que las comunidades cristianas conozcan la realidad que están viviendo muchas de las mujeres de dentro y fuera de la Iglesia, y brindando acogida y apoyo a las víctimas. Con este deseo y convicción, la Arquidiócesis de Madrid creó hace 7 años la Comisión Por una Vida Libre de Violencias contra las Mujeres (CDVM). Como fruto del trabajo de formación y sensibilización realizado durante estos años, la CDVM ha elaborado una guía para parroquias.
Esta guía tiene como objeto lograr que las parroquias de la diócesis sean espacios seguros, de respeto y protección para las víctimas. En ella se explica de manera clara y didáctica qué es la violencia de género y cómo afecta a las mujeres que la sufren, y se proponen procedimientos de actuación para la protección y acompañamiento de las víctimas.
Con el convencimiento de que la #ComunidadSalva del aislamiento, de la impotencia, de la vulnerabilidad, queremos hacer llegar a los agentes de pastoral de toda la arquidiócesis este recurso práctico y accesible, que sea un paso para que las parroquias y comunidades de nuestra diócesis sean espacios seguros, libres de violencia y acogedores.
La guía se presentará el lunes 2 de diciembre, a las 18:30, en el Salón de Actos del Arzobispado de Madrid, c/ Bailén, 8. Participará el arzobispo, José Cobo. A partir de esta fecha la guía estará disponible para descargar en https://www.pastoralsocialmadrid.com/libres-de-violencias-contra-las-mujeres-guia-para-parroquias/
Para más información escribir al siguiente correo: cdviolenciacontramujer@archimadrid.es
“Ojalá esta publicación ayude a generar cultura del encuentro, del buen trato y del respeto mutuo, y contribuya a la iniciación de una vida nueva a quienes por fin abandonan el infierno de una relación tormentosa. Este trabajo será un paso inequívoco en la dirección adecuada».
Publicado en Archimadrid
Comentarios
Publicar un comentario