Aguas de descanso

Antes que naciéramos y despertáramos,

antes que la conciencia social existiera,

la Biblia recogió Tu invitación al descanso

para que gozáramos la vida y la fiesta.

 

Es el descanso esa reivindicación bíblica

que evoca la esencia de la vida buena:

fraternidad, armonía, felicidad,

liberación de ansiedades y agobios, paz.

 

A esas aguas de descanso nos conduces Tú,

día y noche, a pesar de nuestras preocupaciones,

como llevan los pastores a sus rebaños,

porque no quieres que estemos cavilando.


 

Y nosotros, siguiendo los anuncios

de los nuevos tiempos y nuevas costumbres,

confundimos Tus aguas de descanso

con los spas, playas y balnearios.

 

Señor, enséñanos a descansar sanamente

sin añorar paraísos y rincones vírgenes

que sólo están al alcance de los pudientes.

Enséñanos a descansar silbando Tus canciones.

 

Enséñanos a descansar en compañía,

con la familia, los amigos y la buena gente,

compartiendo tiempo, risas e ilusiones

y, también, dinero y bienes, aunque no se estile.

 

¡Déjanos disfrutar en Tus aguas y espacios

de fraternidad y descanso!


Por Florentino Uribarri. Publicado en Fe Adulta

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