El gato de Jesús

Dentro de la física cuántica existe una paradoja muy interesante llamada «El gato de Schrödinger». En ella, un gato se encuentra encerrado en una caja junto con un dispositivo que tiene una probabilidad igual de matar al gato en un tiempo determinado. Según la mecánica cuántica, hasta que no se abra la caja y se observe el estado del gato, este permanece simultáneamente vivo y muerto. Esta paradoja nos desafía a cuestionar nuestra percepción de la realidad y a aceptar la coexistencia de múltiples posibilidades hasta que se realice una observación concreta.

En la pasada Semana Santa, nos encontramos ante una paradoja similar: la tumba sellada de


Jesucristo.
Al igual que el gato en la caja, la tumba de Jesús encierra la incertidumbre y la expectativa de lo desconocido. En el momento de Su muerte en la cruz, Jesús parece estar completamente sometido a la realidad de la muerte. Los discípulos, al dejar el cuerpo de Jesús en la tumba, asimilaron la realidad de que Su maestro había muerto. Sin embargo, la Resurrección les revela una verdad asombrosa: la tumba está vacía. Al entrar en la tumba, descubren que Jesús ha vencido a la muerte y ha resucitado a una nueva vida. Esta experiencia transformadora nos debe impulsar a replantearnos nuestras percepciones limitadas y a abrirnos a la posibilidad de lo divino. Pero para poder conocer esto debemos tener, como los discípulos, la valentía de entrar en la tumba.

Al igual que el observador que abre la caja en la paradoja del gato de Schrödinger, nosotros también debemos abrir la tumba de Jesús para experimentar la realidad de Su resurrección. No podemos quedarnos con los comentarios o las experiencias que otros nos cuenten; debemos lanzarnos a vivir nuestra propia experiencia con el Resucitado. Como los discípulos de Emaús, debemos dejarnos maravillar por Jesús y Su mensaje, porque en el momento de la revelación, nuestra fe será fortalecida y nuestra esperanza renovada. Si nos atrevemos a entrar en la tumba vacía, nos daremos cuenta de que, al igual que Jesús, también nosotros podemos experimentar la vida nueva y la victoria sobre la muerte. «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?»

 

Por Saúl Marrero. Publicado en Pastoral SJ

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