Nos mirará

No tenemos en nuestras manos

la solución a los problemas del mundo;

pero, frente a los problemas del mundo,

tenemos nuestras manos.

Cuando el Dios de la historia venga,

nos mirará las manos.

 

No tenemos en nuestro corazón

ternura para calmar tantos mares de violencia;

pero, frente a esos mares de violencia,

tenemos nuestro corazón.

Cuando el Dios de la historia venga,

nos mirará el corazón.

 

No tenemos en nuestras entrañas

consuelo para serenar este valle de lágrimas;

pero, frente a este valle de lágrimas,

tenemos nuestras entrañas.

Cuando el Dios de la historia venga,

nos mirará las entrañas.

 

No tenemos en nuestra cabeza

sabiduría e inteligencia suficiente

para cambiar las cosas que no funcionan

pero, frente a la realidad nos queda la dignidad.

Cuando el Dios de la historia venga,

nos preguntará por nuestra dignidad.

 

No tenemos en nuestro poder

la palabra con autoridad que manda

y, obedecida, cambia situaciones y circunstancias,

pero, frente a esas situaciones, tenemos palabra.

Cuando el Dios de la historia venga,

nos preguntará por nuestras palabras.

 

No tenemos en nuestra cartera

dinero suficiente para alegrar a los pobres;

pero a pesar de tanta pobreza y miseria

todavía ahorramos y nos sobra.

Cuando el Dios de la historia venga,

de nada nos servirán nuestros ahorros y monedas.


Por Florentino Uribarri. Publicado en Fe Adulta

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