El perdón es la medicina
Somos especialistas en dañarnos,
lobos humanos, hijos de la guerra,
maltratos, dentelladas, abusos, decepciones.
Nos herimos queriendo,
a mala sangre y furia,
nos herimos tan solo con rozarnos,
sin querer llenamos nuestra vida de discordia
y de desastres,
de abandonos, de rupturas, de pérdidas.
El perdón es curarse y respirar de nuevo.
No puedes caminar
con un saco de piedras en el alma.
No podemos avanzar como humanidad buena
si estamos condenados
a repetir las guerras y los desaires del pasado.
Cúrate.
Intenta respirar, avanzar,
cerrar esas heridas del alma
por donde se te escapa la sangre y la alegría.
Intenta comprender que la vida es compleja
y que los demás son tan defectuosos
y a veces miserables
como tú lo has podido ser con otras personas.
No olvides, no,
pero no des más vueltas y vueltas a la mierda que huele y huele más.
Es tu historia de gloria y de caídas.
Perdónate a ti mismo,
no seas juez tan terrible de tus propias miserias.
Eres de luz y sombra, eres humano.
Intenta hacer el bien
a pesar de tus fallos, que tus errores no te paralicen.
Dios te cura y te perdona,
te lleva en Sus hombros sin que te des cuenta.
Te quiere y te devuelve a tu hogar.
Un hogar donde de nuevo nos encontremos como una gran familia,
diversa, herida, pero fuerte y unida.
Perdona.
Pide perdón.
Siéntete perdonado.
Debes vivir y aun quedan cosas grandes que vendrán.
La vida son dos días, no tienes el lujo
de perderlos postrado por el odio y el rencor.
El perdón es la medicina
que te hará resucitar
y vivir.
Vivir.
Por Toño Casado. Publicado en Religión Digital
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