Esta semana Laudato Si, haz lectio divina del libro de la Creación

Publicado por el Movimiento Laudato Si


En Laudato Si', el Papa Francisco nos recuerda que "San Francisco, fiel a la Escritura, nos propone reconocer la naturaleza como un espléndido libro en el cual Dios nos habla y nos refleja algo de Su hermosura y de Su bondad" (LS 12).


Una forma de hacerlo es a través de la antigua práctica cristiana de la Lectio Divina o la pausada y contemplativa lectura de las Escrituras. En esta práctica tradicional, a menudo se lee primero el texto (lectio), se medita sobre una palabra o frase (meditatio), y se reza (oratio) con una pregunta o reflexión que pueda surgir. Finalmente, por la gracia de Dios, uno puede llegar a la contemplación (contemplatio) de simplemente descansar en la presencia de Dios. 


Para nuestro propósito, nuestro texto será el libro de la Creación. Esto se puede hacer saliendo al exterior: ya sea en una caminata o sentado fuera de la casa o, si eso no es posible, en un lugar cerrado, ya sea mirando por la ventana o meditando con una planta. También se puede rezar con un lugar de la naturaleza usando la imaginación.


Lectura/Lectio Para realizar este proceso de lectio divina en la creación, tómate un tiempo para "leer"


la creación simplemente caminando o mirando a tu alrededor
lentamente asimilando con todos tus sentidos lo que está a tu alrededor. Fíjate en los diferentes colores, formas, olores, texturas. 


Meditación/Meditatio. Si algo atrae tu atención, concéntrate en ello. Puede ser una flor, un árbol o formaciones de nubes en el cielo. Permítete estar presente ante lo que está ahí. Usa tus sentidos para captar la maravilla de esta criatura o elemento de la creación. Reflexiona sobre cómo experimentas la presencia de Dios dentro o a través de este elemento de la creación. 


Oración/ Oratio Entra en diálogo con Dios, o con esta criatura como reflejo de la presencia de Dios. Podrías hacerte una pregunta como "¿Qué es lo que Dios me está diciendo a través de este árbol?" O podrías dar gracias a Dios por la belleza de esta creación. Entonces escucha. Ábrete a lo que Dios puede estar diciéndote a través de la creación.  No te preocupes si no escuchas nada. Sólo mantente receptivo a lo que pueda surgir, sin necesidad de forzar nada.


Contemplación/ Contemplatio Después de cierto tiempo, olvídate de las palabras y pensamientos y solo permanece en la presencia de Dios aquí y ahora. Puedes cerrar los ojos y simplemente relajarte.


Cuando estés listo para concluir tu tiempo de oración, encuentra una manera de dar gracias: en silencio, ofreciendo una oración a Dios, haciendo un gesto de gratitud como una reverencia, o deseando bienestar y salud a tu amigo de la creación. Luego termina rezando un Padre Nuestro o una tomada de Laudato Si:


Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de Tus criaturas,


Tú, que rodeas con Tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de Tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.


Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas
sin dañar a nadie.


Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a Tus ojos.


Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo
y no depredadores,

para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.


Toca los corazones
de los que buscan solo beneficios
a costa de los pobres y de la tierra.


Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos
con todas las criaturas

en nuestro camino hacia Tu luz infinita.


Gracias porque estás con nosotros todos los días.


Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el amor y la paz.




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