Una Iglesia samaritana al servicio de nuestros hermanos de Ucrania

Comunicado de Cáritas Española

La guerra en Ucrania está teniendo efectos devastadores dentro y fuera del país. Tras un año de conflicto, más de ocho millones de personas se han visto obligadas a abandonar Ucrania, mientras que otros siete millones son desplazados internosLa invasión rusa está contribuyendo además a una crisis económica y humanitaria mundial sin precedentes en nuestra historia reciente. 

Ante el enorme sufrimiento global causado por este conflicto bélico, Cáritas Española se suma al constante llamamiento de paz impulsado por el Papa Francisco y Cáritas Internationalis desde el inicio de la guerra, por lo que, con el objetivo de responder a una de las peores emergencias humanitarias y la mayor crisis actual de desplazados en el mundo, Cáritas Española ha logrado movilizar en los últimos doces meses más de cinco millones de euros.

“El apoyo de Cáritas Española está siendo fundamental para atender la emergencia. Con su ayuda


estamos consiguiendo responder a las necesidades básicas de muchas personas, que han tenido que dejar sus hogares. Un tercio de la población permanece desplazada. Por eso, es tan importante poder ofrecerles una comida caliente o un lugar para que puedan dormir durante su huida. Queremos daros las gracias de corazón por caminar junto a nosotros y por acompañarnos”, asegura Tetiana Stawnychy, presidenta de Cáritas Ucrania en un vídeo mensaje enviado a Cáritas Española, al cumplirse el primer aniversario de la ocupación militar rusa.

Desde el comienzo del conflicto, las dos Cáritas que operan en el país -Cáritas Ucrania y Caritas Spes-Ucrania- han proporcionado ayuda humanitaria de emergencia a más de seis millones de personas. La mayoría de las ayudas prestadas están relacionadas con la distribución de alimentos y enseres domésticos (53,91%), agua y saneamiento (22,32%), alojamiento (9,25%), protección (5,47%), atención sociosanitaria y apoyo psicosocial (2,8%), dinero en efectivo (1,56%) y otros servicios (4,68%).

Tras un año de contienda, se estima que más de 18 millones de personas siguen necesitando ayuda humanitaria de emergencia en Ucrania“Este conflicto se ha prolongado durante demasiado tiempo. Cáritas está trabajando para ‘Restaurar el hogar, restaurar la esperanza’ para millones de personas que sufren como resultado de esta guerra. Necesitamos una paz inmediata, que permita por fin a los ucranianos empezar a reconstruir sus vidas y su país”, explica Carmen Gómez de Barreda, responsable de la campaña ‘Cáritas con Ucrania’.

El trabajo en red ha permitido durante este último año atender a las personas tanto en origen, en tránsito como en su destino final. En España, la acción de la Confederación de Cáritas para acoger y acompañar a las personas y familias procedentes de Ucrania también ha sido una parte sustancial de nuestra respuesta a la emergencia. Hasta diciembre del año pasado, la red de Cáritas diocesanas habían atendido a 5.378 personas ucranianas. Otras 10.274 habían recibido ayuda de manera indirecta.

Entre las ayudas que se prestaron, la mayoría estuvieron relacionadas con alimentación y ropa. En total se realizaron 13.549 acciones para facilitar el acceso a estas necesidades básicas, ya sea a través de entrega directa o de tarjetas monedero. También se realizaron 891 gestiones para facilitar el acceso a un alojamiento a través del pago del alquiler de la vivienda, acogida en una residencia de la parroquia o acceso a casas de acogida. El tercer campo de acción fue el del empleo con 2.824 actuaciones relacionadas con la orientación, formación para el empleo, el diseño de un plan de inserción laboral o talleres de formación prelaboral.

Comunicado de Misiones Salesianas

Ucrania cumple un año de invasión con más de 200.000 personas fallecidas, 40.000 heridas, casi 2.700 escuelas bombardeadas y 500 destruidas. Son algunas de las cifras que deja el conflicto de Ucrania en estos 12 meses con más de 900 ataques contabilizados. Casi 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente para vivir y más de 5,5 millones de escolares han visto interrumpida su educación por la guerra.

Millones de vidas cambiaron para siempre el 24 de febrero del año pasado. “Cuando empezaron los bombardeos también lo hicieron los cortes de agua, de electricidad y de gas. No podíamos lavarnos y era difícil conseguir comida”, recuerda Boris, que huyó de Mariupol, “una ciudad que ya no existe porque está quemada y destruida”.


Los 
misioneros salesianos están desde el primer momento al lado de la población acompañando y acogiendo a la población refugiada en los países fronterizos y ayudando a las personas desplazadas en Ucrania. En los últimos meses, a los bombardeos se suma el invierno, con temperaturas por debajo de los 20 grados que han incrementado las necesidades. Por este motivo hemos puesto en marcha el proyecto Winterization, coordinado desde Varsovia para hacer frente a las necesidades del invierno en el contexto de guerra que vive el país.

Gracias a las ayudas recibidas, las escuelas salesianas de Lviv, Odesa y Kiev han logrado mantenerse abiertas y ofrecer educación en situación de emergencia con la construcción de refugios, refuerzos del aislamiento y apoyo para los suministros de agua, luz y gas, apoyo psicológico a estudiantes, profesorado y familia y asegurar los costes escolares.

Más de cien proyectos de ayuda humanitaria, tanto material como de apoyo psicológico, asistencia, educación y actividades de tiempo libre para los menores han sido desarrollados en este año de conflicto por los misioneros salesianos en Ucrania y en los países fronterizos. Desde MISIONES SALESIANAS hemos enviado más de 500.000 euros para apoyar a la población afectada y a las obras salesianas de Ucrania y de los países limítrofes.

La ayuda también ha llegado a Ucrania a través de más de 20 convoyes humanitarios en estos doce meses con bienes de primera necesidad para repartirlos entre la población atendida por los Salesianos. El centro logístico en Lviv permite la distribución de alimentos y artículos no perecederos a nueve ciudades del país, incluidas las zonas en conflicto más al este.

“Seguiremos ayudando en todo lo que sea necesario, pero esperamos que la guerra termine pronto para que la ayuda humanitaria pueda ser sustituida por ayuda para reconstruir el país”, asegura Krzysztof Grzendzinski, salesiano responsable del Equipo de Coordinación para la Emergencia en Ucrania.

Comunicado de Mensajeros de la Paz

Un día después de que la invasión rusa de Ucrania se hiciese efectiva hace un año, los cooperantes de la fundación Mensajeros de la Paz ya se trasladaron a las fronteras del país asediado, con sus equipos de emergencia.

Desde entonces y gracias al amplio apoyo económico de la fundación AMA, que donó un millón de euroshan desarrollado una labor permanente de ayuda humanitaria a los afectados por el conflicto. No solo a los transformados en refugiados, en ciudades de las vecinas Rumanía, Polonia y también en la acogida en España, sino dentro de las áreas ucranianas en las que se cobijan los desplazados que no han podido abandonar el país.

El primer paso en la emergencia fue el montaje de un campamento militar de acogida en el paso


fronterizo de Siret. A partir de esta toma de contacto, Mensajeros de la Paz, junto a su aliada REMAR SOS, levantó diferentes puntos de primera acogida.

Uno de ellos es el de la ciudad de Cernauti, donde la ONG del padre Ángel instaló una gran carpa-comedor y otras dos que funcionan como albergue y almacén. Proporcionando manutención y pernoctación a 1.700 desplazados. Tras el ataque en la estación de Kramatorsk, una nueva ola de llegadas a Cernauti impulsó, además, la puesta en marcha de una sala de juegos para los niños. Que, conmocionados, no entendían qué estaba ocurriendo.

Dando alojamiento a más de cien personas, se erigieron sendas carpas en las ciudades de Suecava y Mostyska, alejadas de las zonas más asediadas por el conflicto bélico. Cerca de la frontera con Polonia, por su parte, el campamento de Mensajeros en Liviv ha sobrevivido al asedio ruso, ofreciendo apoyo diario e integral (incluso servicio de lavandería, además de un centro sanitario móvil, una furgoneta para la evacuación de desplazados y una zona de ocio infantil) a 350 personas.

También dentro de Ucrania, el impacto de Mensajeros de la Paz en el campamento de Chernivtsi (desde el que además se entregan cestas de alimentación a familias que permanecen en sus hogares) es de tanto calado que las autoridades ucranianas han cedido a sus trabajadores humanitarios las instalaciones de un edificio en la ciudad de Velykyi Kuchuriv. Que se ha convertido en centro de acogida con capacidad para 200 refugiados.

Paralelamente al trabajo en los campos de desplazados dentro de Ucrania, la organización española se movilizó para evacuar a familias de refugiados a Rumanía y Polonia, donde se las recibe brindando alojamiento temporal en hoteles (en régimen de todo incluido, con capacidad de 80 a 150 alojados por hotel) en las ciudades de Oradea, Nadab y Rzeszow. Gracias a socios como la fundación ONCE, los menores también cuentan, en los hoteles, con ordenadores con los que continuar las clases online.

Del mismo modo, Mensajeros de la Paz ha llenado, a lo largo del año, un total de 16 autobuses de refugiados ucranianos, trasladando a casi mil refugiados a los destinos solicitados: cuatro autobuses a Madrid, cinco al norte de Italia, cuatro a Alemania y tres a Suiza.

Con la unidad móvil de Mensajeros de la Paz y su compañera REMAR, la organización ha acercado cestas de alimentación a áreas especialmente debilitadas por la contienda. De la ciudad de Kiev, su centro de ebullición, en la que se están entregando 500 cestas cada semana, a la ciudad de Vizhnitsa (300 cestas) o la castigada Revno, donde las reciben 200 familias, que han perdido a sus miembros varones en los combates.

Son supervivientes de los bombardeos con artillería, lanzacohetes y misiles balísticos que han destruido las infraestructuras clave de la urbe (como sus centrales eléctricas, lo que ha supuesto que la situación durante el frío invierno haya sido todavía más grave para estos hogares).

Por último, desde España a sus centros logísticos de Przemsyl y Volovat, la fundación ha gestionado el envío de un total de 30 tráilers de material humanitariocon la cooperación de la fundación ONCE. Desde ropa de cama y abrigo a productos de higiene (también pañales), sanitarios (sobre todo medicamentos) y alimentación no perecedera, como botes de legumbres o paquetes de pasta.

En medio de un conflicto de horribles repercusiones, la ayuda de la fundación Mensajeros de la Paz continúa. “Tras un año de guerra, seguimos acompañando cada día a más de seis mil ucranianos”, declara el padre Ángel, que se ha desplazado al terreno en varias ocasiones, llamando a la paz.

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