Aprended a hacer el bien

De los materiales de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Aprended a hacer el bien, tomad decisiones justas, restableced al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda (Is 1, 12-18)

Según Isaías, Dios quiere que Judá no solo practique la justicia, sino que abrace el principio de hacer


siempre el bien.
Dios quiere que no solo cuidemos a los huérfanos y las viudas, sino que obremos con justicia y busquemos el bien para ellos y para cualquier persona marginada por la sociedad. La palabra hebrea para bien es yaw-tab’ y significa estar contento, alegre, ser agradable, hacer el bien, hacer algo hermoso. Ser cristiano significa ser discípulo. Todos los cristianos están bajo la Palabra de Dios, aprendiendo juntos lo que es hacer el bien, y quiénes son los necesitados de solidaridad. A medida que la sociedad se vuelve más indiferente ante las necesidades de los demás, nosotros, como hijos de Dios, debemos aprender a hacer nuestra la causa de nuestros hermanos y hermanas oprimidos diciendo la verdad a los poderosos y, si es necesario, defendiéndolos para que puedan vivir en paz y con justicia. ¡Haciendo esto siempre actuamos con justicia! Nuestro empeño en erradicar el pecado del racismo para poder ser sanados requiere de nosotros que estemos preparados y dispuestos para entrar en relación con nuestras hermanas y hermanos cristianos.

Le preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?» (Lc 10, 25-36)

Un doctor de la ley le preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?». La respuesta de Jesús exige de nosotros que miremos por encima de las divisiones por motivos religiosos, tribales o nacionalistas para poder reconocer a nuestro prójimo necesitado. Los cristianos también deben ver más allá de estas divisiones que existen dentro de la familia cristiana para reconocer y amar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

Desafío 

¿Quiénes son los marginados u oprimidos en tu sociedad? ¿Cómo podrían las Iglesias caminar juntas con estos hermanos y hermanas, responder a sus necesidades y hablar en su nombre? 

Oración 

Señor, llamaste a tu pueblo de la esclavitud a la libertad, danos fuerza y coraje para salir al encuentro de aquellos que están necesitados de justicia. Permítenos ver esta necesidad y proporcionar ayuda, y, a través de Tu Espíritu Santo, reúnenos en el único redil de Jesucristo, nuestro pastor. Amén.

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