Un ejemplo de oración (al hilo del tiroteo de Texas)

Dios todopoderoso, vengo ante Ti, de nuevo otra vez, después de otro tiroteo.


Estoy triste, Dios. 

Por esto Te pido que recibas en Tu cuidado amoroso las almas de aquellos que han sido asesinados, 

que cuides de aquellos que han sido heridos, física o emocionalmente, de cualquier manera, 

que consueles a los miembros de las familias y amigos de aquellos que han muerto o han sido heridos, 

que fortalezcas las manos de los trabajadores de rescate, de los profesionales médicos y de los cuidadores.

También rezo por el perdón de quién disparó, como es mi deber como cristiano.


Todo esto me deja inexpresablemente triste, Dios. Pero sé que la tristeza que siento es Tu tristeza.

Es la misma tristeza que Tu Hijo expresó cuando sollozó tras la muerte de Su amigo Lázaro.


Estoy cansado, Dios. Estoy cansado de la falta de voluntad de ver este como un tema importante.


Estoy cansado de aquellos poderosos que trabajan para evitar cualquier cambio real.

Estoy cansado de aquellos que dicen que la violencia de las armas no puede reducirse.


Todo esto me cansa. Pero sé que el cansancio que siento es Tu cansancio. 

Es el mismo cansancio que Jesús sintió después de sus propias luchas contra la injusticia,

que Le condujeron a quedarse dormido en el barco con Sus discípulos.


Estoy enfadado, Dios. Estoy cansado de la aparente impotencia de nuestra comunidad para evitar esto.

Estoy enfadado de los intereses financieros egoístas que bloquean el cambio. 

Estoy enfadado de que estos tiroteos tengan lugar.


Pero sé que esta ira es Tu ira. Es la misma ira que Jesús sintió cuando volteó las mesas en el Templo,

enfadado de que alguien se aprovechase de alguna manera de la religión.


Ayúdame a ver en estas emociones Tu propio deseo de cambio.

Ayúdame a verte en estos sentimientos moviéndome a actuar.

Ayúdame a ver en estas reacciones a Ti presionándome para que haga algo.


Porque sé que esta es la forma en la que mueves a las personas a la acción.

Y sé que deseas la acción. Porque Jesús no pasaba de largo cuando alguien era herido.

Él se incorporaba a sus vidas.


Así que ayúdame a contestar a estas preguntas: ¿Cómo puedo ayudar? 

¿Cómo puedo luchar contra la violencia de las pistolas? 

¿Cómo puedo urgir a mis líderes políticos a hacer efectivo el cambio? 

¿Cómo puedo ayudar a la gente a comprender que este es un asunto sobre la vida?


Estoy triste por la pérdida de vidas, cansado de excusas por la pérdida de vidas, 

enfadado de que estemos paralizados por la pérdida de vidas.


Por eso, transforma mi tristeza en compasión. Transforma mi cansancio enPo defensa. 

Tranforma mi parálisis en la libertad de actuar.


Ayúdame a ser compasivo, a defender y a actuar, como hizo Tu Hijo, Dios Todopoderoso.


Por James Martin, SJ. Traducido de America Magazine

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