En el nombre de Dios, ¡paren ahora!

Las iglesias de Europa condenan fuertemente lo sucedido hoy en Ucrania. Debemos trabajar juntos y con determinación para poner un inmediato fin a la agresión rusa y para hacer todo lo posible para proteger a mujeres, hombres y niños inocentes: En el nombre de Dios, ¡paren ahora!

La comunidad internacional, y en especial la Unión Europea, no debería dejar ni una piedra sin mover


para detener este conflicto, para que las armas dejen paso al diálogo
y a las negociaciones, y para que el Derecho Internacional y la soberanía territorial e independencia de Ucrania sean defendidas. Debemos poner fin a una guerra que inevitablemente se extendería desde Ucrania hasta los países vecinos y se extendería por toda Europa.

Los obispos europeos y las comunidades cristianas rezamos por las víctimas de este conflicto y por sus familias. Nos unimos con aquellos que sufren por estos actos de violencia y nos unimos al llamamiento del papa Francisco para rezar y ayunar por la paz: "Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra".

La presidencia del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, dando voz a los obispos del continente europeo en este momento dramático en torno a Ucrania, desea expresar su proximidad a las iglesias de Ucrania y a todo su pueblo. Invita a la comunidad internacional a ofrecer su apoyo al país frente a la amenaza de una ofensiva militar rusa.

Mientras toda la comunidad internacional interpreta las acciones de las fuerzas militares rusas como una amenaza real a la paz en el mundo, abrazamos -en este tiempo de miedo e incertidumbre sobre el futuro del país- a nuestros hermanos y a nuestras hermanas en la fe y a todo el pueblo de Ucrania.

Hemos escuchado la voz del Santo Padre Francisco, que ha expresado reiteradamente su cercanía paternal a la "amada Ucrania", urgiendo a los poderosos del mundo a resolver la crisis por medio del "diálogo serio y no con las armas". En su reciente discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, enfatizó que la "confianza recíproca y la capacidad de comprometerse en el diálogo sereno también deberían inspirar a todas las partes, para que puedan encontrarse soluciones aceptables y duraderas en Ucrania".

También, como pastores del continente europeo, deseamos apelar a los líderes de las naciones para que no olviden las trágicas guerras mundiales del último siglo y que el Derecho Internacional y la independencia y soberanía territorial de cada país debe ser defendido. Con el Santo Padre, deseamos llamar a los gobiernos a encontrar "soluciones aceptables y duraderas" en Ucrania que se fundamenten en el diálogo y la negociación, sin recurrir a las armas.

En este tiempo extremadamente delicado, pedimos a los cristianos que recen por el don de la paz en Ucrania para que los responsables se llenen e irradien de una paz que sea "contagiosa" y esta crisis se resuelva exclusivamente por medio del diálogo.

Monseñor Grisaras Grusas, arzobispo de Vilnius (Lituania), presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas

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