¿Quién acompaña a quién?

En la Pasión se acostumbra a decir que Jesús es acompañado por varios personajes, pero ¿si viramos esta visión y resulta que quien acompaña es Jesús


1.- La mirada a Pedro, una mirada de ternura que es puro cariño y que le hace llorar, a todo un hombretón. ¿Cómo nos miran los que han perdido la libertad? ¿no sentimos una compañía que nos hace llorar el corazón? ¿Nos mira Jesús a través de ellos? 

2.- Un pobre Jesús, débil en todos los sentidos, acompaña al Sanedrín, Los que creen que no pueden ser acompañados por ese miserable para decirles como acompaña Dios Abba ¿Entramos o nos situamos en el saber, en el estar por encima? ¿Cómo nos descubren la ternura de Dios los débiles? 

3.- Pilato cree saber que la verdad es Roma y el Cesar, el mundo que triunfa. ¿No le acompaña Jesús al preguntarle: ¿Qué es la verdad? 

4.- En el Pretorio los soldados, que eran mercenarios sirios y odiaban a los judíos, se ensañan con Jesús hasta extremos inhumanos. Pero Jesús les acompaña desde la misericordia y no desde la venganza. No los maldice, calla, ¿No estaría pidiendo a Dios Padre por cada uno de ellos? Acompañar a la sociedad inhumana a tener misericordia y a pedir por los enemigos sociales. 

5.- Las mujeres lloran al ver a Jesús y desde su tremendo castigo, tiene fuerzas para acompañarlas con palabras para que no se dejen engañar que pueden ser el futuro de Israel si no lloran y rezan el magníficat. Dejarnos acompañar por las mujeres que han perdido la libertad o la quieren recuperar, que nos enseñen a ser la Iglesia que cura las Heridas, la Iglesia que abraza y besa como solo lo saben hacer ellas.

6.- Jesús acompaña a los que tienen a Dios por un ídolo del poder y no del servicio, los acompaña al no bajar de la cruz, para que descubran a Dios como Padre, y padre de los crucificados. Jesús les acompaña pidiendo perdón para ellos, no los juzga, los implica en Su corazón que revienta de amor. Al dejarnos acompañar, ¿no descubrimos nuestros límites, nuestras ansias de venganza, nuestros juicios precipitados? ¿Queremos estar con ellos/as en la cruz, perdonando a los enemigos de la sociedad

7.- Jesús acompaña a los dos malhechores crucificados con él. Uno de ellos se niega a ser acompañado por Otro en su misma situación; otro se deja acoger y acompañar por el único que lo puede querer y acompañarlo hasta el abrazo de Dios Padre en el Reino de Dios. Hemos de acompañar a quien nos maldice y a quien nos quiere. Un acompañar que nos lleve a unos y a otros hacia los abrazos del Padre. No hay buenos y malos, hay hijos/as.

8.- Jesús acompaña al jefe de sus torturadores, soldado romano, odiando a los judíos, el centurión. Es una compañía de Jesús que da testimonio desde la manera como muere: sin insultos, sin maldiciones. Seguramente una mirada de Jesús se dirige a él, y ahí, esa mirada hace que sea el primero en proclamar la divinidad de Jesús, no como la del César, que es una mirada de violencia, sino una


mirada de infinito amor, de infinita misericordia. ¿Cómo nos miran las personas que han perdido la libertad, su mirada nos transforma el Jesús en quien nos han dicho como es o en el Jesús que buscamos? 

9.- Por último, María, Magdalena, el discípulo amado: Jesús les acompaña en esos momentos tan difíciles con palabras familiares, con palabras para crear una comunidad alternativa, donde ya no cuente la sangre, sino el cariño, el respeto y la acogida. ¿Cuándo me miran y en su dolor, las personas que han perdido la libertad, me llaman hijo/a, me dicen que soy su madre donde puedo recostar mi hombro dolorido?

Por el Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria de Valencia. Publicado en pastoralpenitenciaria.es

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