Lo que la Iglesia hace por los afganos: el ejemplo de Accem Sigüenza

La Asociación Comisión Católica Española de Migraciones de Sigüenza (Guadalajara), Accem, acoge desde ayer por la noche a 13 afganos: dos familias, una de siete miembros y otra de seis. «Se trata de personas que han pedido protección internacional como el resto de la gente que hay en el centro y es lo que se tratará de darles una vez que descansen», ha señalado el responsable territorial de Accem en Castilla-La Mancha, Braulio Carlés.


Según ha apuntado, a partir de este momento es necesario estudiar la situación concreta de cada persona y revisar su expediente: «Lo importante para nosotros es que sean unos residentes más».

En ambos casos son familias jóvenes, con un nivel cultural medio alto, que colaboraban como traductores en Afganistán con el Gobierno español y cuyos cabeza de familia hablan correctamente el español.

¿Por qué Sigüenza?

Quizá la primera motivación ha sido la posibilidad de encontrar un trabajo de manera rápida y después poder trasladarse a una localidad más grande. La Ciudad del Doncel es un municipio pequeño, y en general, buscan lugares más grandes, aunque por el momento les han indicado que tienen que esperar a ver cómo va evolucionando la situación y adaptarse a la vida en el centro y en la localidad, algo que según el responsable de Accem no les suele costar demasiado una vez que pasan las primeras semanas.

Según ha indicado, en el momento en que se ubiquen, al menos las mujeres y los niños comenzarán a aprender el español, algo que no tendrán que hacer los cabeza de familia porque ya lo dominan, y se comenzará a preparar la integración de los menores en los colegios porque, en principio no está previsto que se vayan a ningún lado sino que se quedarán en la localidad algún tiempo.

Un tiempo en el que todos recibirán también atención psicológica, formación y se les ofrecerá apoyo laboral para que puedan buscarse un modo de vida.

El propio obispo de Sigüenza-GuadalajaraAtilano Rodríguez, se ha interesado por la situación de estas familias procedentes de Afganistán.

«Están tranquilas y descansando»

En todo caso, tras la tensión que generan este tipo de situaciones, el responsable territorial de Accem en la región ha asegurado que las familias afganas «están tranquilas y descansando», no descartando la llegada de más personas de Afganistán próximamente.

En este sentido ha dicho que, si así fuera, se les acogerá en cualquiera de los dispositivos que Accem tiene en Castilla-La Mancha, que en este momento son cuatro, pero incluso se ha mostrado dispuesto a valorar su ubicación, si fuera necesarios, en las provincias donde aún no hay este tipo de dispositivos.

Un centro sin covid

Pero si bien la covid-19 ha marcado un antes y un después para todos, en rueda de prensa Carlés ha señalado que en el Centro de Migraciones de Sigüenza apenas han tenido algún caso, aunque ha subrayado que no puede ser que mientras en España se está pensando ya en la tercera dosis de la vacuna haya muchos lugares donde la vacunación apenas ha llegado a un mínimo de la población.

Por este centro el coronavirus ha pasado prácticamente de largo. De la mayoría de las personas que están llegando al centro, casi la totalidad lo hacen con las pruebas realizadas, no habiéndose registrado apenas casos, ha dicho.

«Máxima dignificación»

«Nuestra política es ofrecer la máxima dignificación a todos», ha apostillado tras reconocer no saber si estas dos familias han llegado vacunadas pero ha indicado que si no es así, habrá que proponérselo también, como a cualquier persona que llegue al centro.

Carlés ha querido insistir en que pese a que estas personas han llegado por medios algo más fáciles a España que lo que es un cayuco o una patera, el sentimiento que tienen es agriculce, pero ha querido insistir en que para Accem «no hay refugiados de primera y de segunda», sino que todos «son exactamente iguales» porque cada uno tiene su situación y hay que ayudarles a afrontarla, ha dicho.

Ahora tendrán que enfrentarse al día a día, se les enseñará donde pueden comprar, los establecimientos más comunes para ello y se les atenderá de forma individualizada, además de explicarles las normas del centro y de empezar a trabajar con ellos su situación.

Entre seis y nueve meses

Para Carlés, lo fundamental ahora es que las mujeres y niños aprendan también el idioma para poder «desenvolverse», pero se ha mostrado convencido de que irán adaptándose poco a poco a la situación.

La previsión es que en Sigüenza estén al menos entre seis y nueve meses, sin embargo es algo que este responsable no ha podido precisar porque cree que habrá que ir viendo las demandas y necesidades de cada uno.

Por último, Carlés ha reivindicado más solidaridad ante este tipo de situaciones, algo que en su opinión no debe traducirse solo en acoger a la gente que viene a España sino en «trabajar en origen». «Está el derecho a emigrar y de no emigrar pero este derecho no lo tiene todo el mundo», ha subrayado, convencido de que se trata de un problema ante el que «uno no puede quedarse indiferente».

Publicado en Ecclesia

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