De las manos de Dios hemos recibido un jardín, no podemos dejar un desierto

“Desde hace tiempo, esta casa que nos aloja sufre por las heridas que provocamos a causa de una actitud depredadora, que hace que nos sintamos dueños del planeta y de sus recursos y nos autoriza a un uso irresponsable de los bienes que Dios nos ha dado”, planteó el Papa al lanzar hoy, por videomensaje, una serie de iniciativas para los próximos siete años con las que involucrar a todos los actores sociales en la ecología integral.


“Hoy, estas heridas se manifiestan dramáticamente en una
crisis ecológica sin precedentes que afecta al suelo, al aire, al agua y, en general, al ecosistema en el que viven los seres humanos”, agregó luego Jorge Bergoglio, el día después del sexto aniversario de la encíclica Laudato si’, cuando se cerró el año especial dedicado al escrito de 2015 que convocó el año pasado.

En línea con sus últimos discursos, el Papa aseveró que “la actual pandemia, además, ha sacado a la luz de forma todavía más aguda el clamor de la naturaleza y el de los pobres, que son los que más sufren las consecuencias, evidenciando que todo está interconectado y es interdependiente y que nuestra salud no está separada de la salud del ambiente en el que vivimos”.

Necesitamos, por tanto, un nuevo enfoque ecológico que transforme nuestra manera de habitar el mundo, nuestros estilos de vida, nuestra relación con los recursos de la Tierra y, en general, nuestra forma de ver al ser humano y de vivir la vida”, reclamó.

Así, para el Papa, “una ecología humana integral, que involucra no sólo las cuestiones ambientales sino al hombre en su totalidad, se vuelve capaz de escuchar el clamor de los pobres y de ser levadura para una nueva sociedad.

“¿Qué mundo queremos dejar a nuestros niños y a nuestros jóvenes?”, se preguntó, antes de lanzar: “ ¡Nuestro egoísmo, nuestra indiferencia y nuestra irresponsabilidad amenazan su futuro!”.

“Renuevo, pues, mi llamamiento: cuidemos de nuestra madre Tierra, superemos la tentación del egoísmo que nos vuelve depredadores de los recursos, cultivemos el respeto por los dones de la Tierra y de la creación, inauguremos un estilo de vida y una sociedad por fin ecosostenibles: tenemos la oportunidad de preparar un mañana mejor para todos”, planteó en el videomensaje.

De las manos de Dios hemos recibido un jardín; no podemos dejar un desierto a nuestros hijos”, recordó.

Así, el Papa planteó luego que tras el año especial dedicado a la encíclica que terminó ayer, la iniciativa se traducirá desde hoy en “un proyecto de acción concreto, la Laudato si' Action Platform, un camino de siete años en el que nuestras comunidades se esforzarán de diferentes maneras para llegar a ser totalmente sostenibles, en el espíritu de la ecología integral”.

“Quisiera, entonces, invitar a todos a emprender juntos este camino y, en particular, me dirijo a estas


siete realidades: familias - parroquias y diócesis - escuelas y universidades - hospitales - empresas y haciendas agrícolas- organizaciones, grupos y movimientos - instituciones religiosas”, animó.

Francisco pidió “trabajar juntos” ya que “sólo así podremos crear el futuro que queremos: un mundo más inclusivo, fraternal, pacífico y sostenible”.

“En un camino que durará siete años, nos dejaremos guiar por los siete objetivos de Laudato si', que nos indicarán la dirección mientras perseguimos la visión de la ecología integral: la respuesta al clamor de la Tierra, la respuesta al clamor de los pobres, la economía ecológica, la adopción de un estilo de vida sencillo, la educación ecológica, la espiritualidad ecológica y el compromiso comunitario”, convocó.

Para cerrar, el Papa se mostró optimista y planteó que “hay esperanza y que “todos podemos colaborar, cada uno con su propia cultura y experiencia, cada uno con sus propias iniciativas y capacidades, para que nuestra madre Tierra recupere su belleza original y la creación vuelva a resplandecer según el proyecto de Dios”.

Por Hernán Reyes Alcaide, publicado en Religión Digital

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