Permaneced en Mi amor y daréis frutos en abundancia (V)

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Día V

Deuteronomio 30, 11-20. La palabra de Dios está muy cerca de ti 

Este mandamiento que Yo te prescribo hoy no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. No está en el cielo, para que preguntes: «¿Quién puede subir al cielo por nosotros para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo pongamos en práctica?». Tampoco está más allá de los mares, para que preguntes: «¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado de los mares, para que nos lo traiga, nos lo dé a conocer y lo pongamos en práctica?». La palabra está muy cerca de ti, la tienes en tu boca y en tu corazón, para que puedas cumplirla. Hoy te propongo que escojas entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Si cumples los mandamientos del Señor tu Dios, que Yo te prescribo hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo Sus caminos y poniendo en práctica Sus estatutos, normas y preceptos, vivirás, crecerás y te bendecirá en la tierra que vas a entrar para tomar posesión de ella. Pero si tu corazón se rebela y no obedeces, si te dejas seducir y te postras ante otros dioses y les rindes culto, te anuncio hoy que serás destruido sin remedio, y no vivirás mucho tiempo en la tierra a la que vas a entrar para tomar posesión de ella después de cruzar el Jordán. 

Pongo hoy como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra: te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige la vida y viviréis tú y tu descendencia. Ama al Señor tu Dios, obedécele y sé fiel a Él; en ello te va la vida, y el Señor te concederá muchos años de vida para habitar en la tierra que Él te había prometido según juró a tus antepasados, a Abrahán, Isaac y Jacob.

Mateo 5, 1-12. Bienaventurado 


Cuando Jesús vio todo aquel gentío, subió al monte y se sentó. Se le acercaron Sus discípulos, y Él se puso a enseñarles, diciendo: «Felices los de espíritu sencillo, porque suyo es el reino de los cielos. Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará. Felices los humildes, porque Dios les dará en herencia la tierra. Felices los que desean de todo corazón que se cumpla la voluntad de Dios, porque Dios atenderá su deseo. Felices los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos. Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos verán a Dios. Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos Suyos. Felices los que sufren persecución por cumplir la voluntad de Dios, porque suyo es el reino de los cielos. Felices vosotros cuando os insulten y os persigan, y cuando digan falsamente de vosotros toda clase de infamias por ser Mis discípulos. ¡Alegraos y estad contentos, porque en el cielo tenéis una gran recompensa! ¡Así también fueron perseguidos los profetas que vivieron antes que vosotros!». 

Meditación 

La Palabra de Dios está muy cerca de nosotros. Es una bendición y una promesa de felicidad. Si abrimos nuestros corazones, Dios nos habla y pacientemente transforma lo que se está muriendo en nosotros. Elimina lo que impide el crecimiento de la vida real, así como el viñador poda la vid. 

Meditar regularmente un texto bíblico, solo o en grupo, cambia nuestra perspectiva. Muchos cristianos rezan las Bienaventuranzas todos los días. Las Bienaventuranzas nos revelan una felicidad que está oculta en aquello que aún no se ha cumplido, una felicidad que permanece a pesar del sufrimiento: bienaventurados aquellos que, tocados por el Espíritu, ya no retienen sus lágrimas, sino que las dejan fluir y así reciben consuelo. A medida que descubren la fuente oculta dentro de su paisaje interior, crece en ellos el hambre de justicia y la sed de comprometerse con otros por un mundo de paz. 

Estamos llamados constantemente a renovar nuestro compromiso con la vida a través de nuestros pensamientos y acciones. Hay momentos en los que ya disfrutamos, aquí y ahora, de la bendición que se cumplirá al final de los tiempos. 

Ora y trabaja para que Dios reine. Que durante toda la jornada la Palabra de Dios vivifique tu trabajo y tu descanso. Mantén en todo el silencio interior para que puedas habitar en Cristo. Deja que el espíritu de las Bienaventuranzas colme tu vida: alegría, sencillez, misericordia. 

Estas palabras son recitadas diariamente por la Comunidad de las Hermanas de Grandchamp

Oración 

Bendito seas, Dios Padre nuestro, por el don de Tu palabra en la Sagrada Escritura. Bendito seas por su poder transformador. Ayúdanos a elegir la vida y guíanos con Tu Espíritu, para que podamos experimentar la felicidad que tanto deseas compartir con nosotros.

Oración de los fieles 

Habiendo escuchado la Palabra, que nos limpia (cf. Jn 15, 3) y respondiendo con fe al Señor, que nos ha hablado, oremos juntos:

 — Para que los cristianos de las diversas confesiones descubramos siempre en la Palabra de Dios la fuerza transformadora, la fuente de la unidad que el Señor desea para su Iglesia. Roguemos al Señor.

 — Para que conceda a la Iglesia la libertad y la paz. Roguemos al Señor. 

— Para que todos los que se dedican al estudio de la Sagrada Escritura, a través de sus investigaciones, ofrezcan a las Iglesias los fundamentos de la comunión entre ellas. Roguemos al Señor.

 — Para que todos los que han sido llamados a desempeñar en la Iglesia el ministerio de la Palabra, antes de anunciarla se dejen interpelar por ella en la oración y no solo la prediquen con su voz, sino con su propia vida. Roguemos al Señor. 

— Para que quienes compartimos el pan de la Palabra, un día podamos superar las diferencias que aún nos mantienen distanciados de la misma mesa de la eucaristía. Roguemos al Señor. 

Escucha, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo; y concédenos lo que te pedimos, confiados en tu bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Comentarios

Entradas populares