Unidos como sarmientos al tronco

“Vivimos momentos de confusión, de dolor, de pérdida de valores y falta de ilusión. ¿Qué podrá darnos la ilusión, la esperanza, la alegría de trabajar por un futuro mejor? La unión entre todos, una unión que respete la diferencia”. El cardenal de Barcelona, Juan José Omella presidió, junto al cardenal Sistach, la homilía por el día de Sant Jordi en la capilla del Palau de la Generalitat.

Minutos después de que el president Torra apelara a la mediación internacional ante la “represión”del Estado español contra los políticos presos, Omella reivindicó el espíritu de Barcelona 92 para abogar por la convivencia. “¿Seremos capaces de vivir esta comunión entre todos? Barcelona lo consiguió en los años de los Juegos Olímpicos. Unidos se construyó ilusión, esperanza y se renovó la ciudad”.

“¿Y eso que pasó una vez, no podría volver a pasar? Con la ayuda de Sant Jordi, nuestro patrón, nos toca a nosotros, instituciones civiles, religiosas, políticas, empresariales, asociaciones, abrir caminos de comunión, de concordia, de proyectos comunes de futuro, donde nos encontramos todos venciendo el gran dragón de la división, de la desesperanza y de la pobreza”, clamó el arzobispo de Barcelona.

Ante todas las autoridades del Govern, Omella glosó la figura de Sant Jordi, “un caballero valiente y martirizado”, y que es patrón tanto de Cataluña como de Aragón. Un santo que “suscita sentimientos entrañables en Cataluña”, porque “encarna no sólo valores patrióticos, culturales, literarios y caballerescos, sino también y, sobre todo, valores profundamente cristianos”.

¿De dónde sacaba Sant Jordi la valentía para luchar contra este dragón?”, se preguntó Omella. De su unión y comunión con Jesús”. “El pueblo catalán puede vivir gozoso, si quienes lo forman viven en hermandad, como sarmientos bien unidas al tronco, un tronco que es Jesucristo”, culminó.

Para Omella, es importante transmitir un mensaje común, el del Evangelio, “y hacerlo unidos”. “Esto me hace pensar en nuestra realidad familiar, social, eclesial, política, institucional ... Vivimos momentos de confusión, de dolor, de pérdida de valores y falta de ilusión. ¿Qué podrá darnos la ilusión, la esperanza, la alegría de trabajar por un futuro mejor? La unión entre todos, una unión que respete la diferencia”, concluyó.

Por Jesús Bastante. Publicado en Religión Digital

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