Así responde la Iglesia a la violencia (I)
Por medio de la educación, del perdón, del conocimiento de uno mismo, del poder del testimonio y del servicio, las hermanas y sus congregaciones están provocando un cambio frente al racismo, el autoritarismo religioso, la violencia de las pistolas, el tribalismo y otras formas de violencia. Este mes, escribieron una respuesta a la siguiente pregunta:
¿Se ha visto afectada tu comunidad por las armas, el crimen, la guerra u otras formas de violencia? ¿Cómo ha respondido tu comunidad?
Adriana Haro Betancourt pertenece a la Fraternidad Misionera Verbum Dei. Procede de México pero actualmente trabaja en la pastoral juvenil en Filipinas, donde dirige el equipo nacional de comunicación de su congregación y produce un programa semanal de radio online para la evangelización de la juventud. Pronunció sus votos definitivos en 2014.
"La vida misionera es una llamada a caminar con Dios y con Su Pueblo. Dios nos invita a compartir las alegrías y las tristezas en un camino en el que, poco a poco, nos vamos haciendo uno con Él. En mi experiencia, esto ocurre no solo con las personas a las que sirvo en mi apostolado, sino especialmente por medio de las angustias de mis propias hermanas filipinas en la comunidad.
En los últimos cuatro años, Filipinas ha experimentado un aumento de la violencia, con miles de personas de todas las edades disparadas a plena luz del día o encontradas muertas por la noche, a menudo en relación con los esfuerzos para, supuestamente, eliminar el tráfico ilegal de drogas.
En 2016, estos casos comenzaron a ocupar los titulares cada día, porque se incrementaron las muertes, y lo hizo también mi miedo y sentimiento de inseguridad en Manila. Pero no fue hasta que una familiar próxima de una de las hermanas fue encontrada muerta que mi comunidad y yo comenzamos a entrar realmente en la tragedia que tantas familias filipinas estaban viviendo. Las víctimas, independientemente de que fuesen culpables o no, eran amados esposos, padres, hermanos o hijos. Algunos de ellos eran totalmente inocentes y otros estaban intentando sinceramente reformar sus vidas -como era el caso de la prima de nuestra hermana- pero se les negó violentamente una segunda oportunidad.
Los sentimientos de dolor y de impotencia, frutos de los árboles podridos de la injusticia y la
corrupción, los transformó el Señor en una oportunidad para nosotras de abrir los ojos y ver cómo responder como comunidad. Tomamos la decisión de ofrecer nuestro carisma para apoyar los esfuerzos de la Iglesia y de otras organizaciones para la rehabilitación de los drogodependientes. Creemos que nuestra contribución, contando con la realidad de la violencia que Filipinas está experimentando, es ofrecer el poder transformador de la Palabra de Dios a aquellos que están buscando una salida a su situación.
En compañía de otras congregaciones y parroquias, organizaciones no gubernamentales y programas oficiales, nos hemos ofrecido a recoger experiencias y a seguir ofreciendo formación regular en valores para las personas sometidas a rehabilitación. Junto con nosotros, los miembros laicos del movimiento apostólico, la Familia Misionera de Verbum Dei, están en la línea del frente del esfuerzo de nuestra comunidad para "conquistar el mal con el bien" (Romanos 12:21)".
Karlyn Cauley pertenece a las Hermanas del Divino Salvador (Salvadorianos) en Milwaukee. Una artista, ha servido en la educación artística y con las hermanas con votos temporales en el programa de formación de su congregación durante muchos años. En la actualidad, realiza trabajo ecuménico en la espiritualidad adulta de mujeres.
"Vivo en un barrio tumultuoso en el área central urbana de Milwaukee. Mi comunidad, las Hermanas del Divino Salvador, construyeron sesenta apartamentos hace 25 años para proporcionar espacio vital a los afroamericanos, que se desplazaron a estas casas seguras y asumibles. Ahora hemos visto como el área se ha deteriorado transformándose en el objetivo de armas de fuego y en sede de redes de droga y crimen.
A menudo me preguntan: "¿No tienes miedo de vivir aquí?". Sí, es preocupante, pero me preocupan
más los residentes y sus familias en el barrio. Podría vivir con otros miembros de la comunidad en otra zona de la ciudad, pero quiero incluso más ser una "verdadera hermana" de mis vecinos y permanecer como testigo de la creciente pobreza y simplicidad.
Nuestras hermanas bendicen Hadley Terrace, donde vivo, porque creemos que donde vive y trabaja una de nosotras, lo hacen todas. En Adviento, escribí sobre Gabriel, que le dijo a María: "¡No temas!". Me imaginé a este ángel formidable visitando nuestras calles y lo que sucedería: los coches de venta de drogas a medianoche se dispersarían, los niños que se despiertan por el ruido de los disparos mirarían desde sus ventanas, las armas caerían y los criminales huirían. Entonces, todos nosotros, residentes, vecinos y hermanas, gritariamos: "Hurra, Gabriel".
Ahora recuerdo que Gabriel tiene un increíble poder y camina entre nosotros, guardándonos, y creo que la vida que vivo es lo que Dios quiere para todos los residentes: gracia, fortaleza y paz en sus vidas".
Mary Hanrahan es una Hermana de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María que ha servido en la enseñanza y en la administración en Dublín con chicas adolescentes desfavorecidas. Sirvió durante un mandato en el equipo de liderazgo provincial y dos a nivel de congregación. Actualmente trabaja como capellán en una cárcel, exclusivamente de hombres, para condenados por crímenes violentos.
"Nuestra fundadora, Nano Nagle, dijo: Si pudiera ser útil en salvar almas en cualquier parte del mundo, haría todo lo que pudiese.
En los tiempos de Nano (ella fundó nuestra congregación en 1775), salvar almas a menudo equivalía a educar, tanto espiritual como académicamente. Hoy, casi 250 años más tarde, nuestras hermanas en los cinco continentes siguen realizando su sueño, a menudo en circunstancias muy difíciles y peligrosas.
Uno de los lugares en los que la luz de la educación de Nano sigue brillando intensamente es el hermoso valle de Swat en el norte de Pakistán.
Conocido como la "Suiza del este", se encuentra a los pies de las montañas de Hindu Kush y está regado por el río Swat. Es uno de los valles más hermosos y fértiles del norte de Pakistán.
Las primeras hermanas de la Presentación llegaron a Swat en 1965 y abrieron un centro de coeducación para niños predominantemente musulmanes, junto con unos pocos cristianos. En el 2000, se transformó en un colegio femenino, bien conocido por la calidad de la educación. Nuestras hermanas crecieron en el amor a la gente de este hermoso valle y están ampliamente reconocidas en la región.
Debido a la disminución en el número de hermanas, tristemente tuvimos que ceder el colegio a las hermanas carmelitas en 2006.
La situación en Swat pronto se hizo muy peligrosa, ya que los talibán se oponían vehementemente a la educación de las niñas y atacaban sistemáticamente los colegios femeninos en diversas zonas del distrito. En 2008, las hermanas (tras consultar con nuestra congregación) cerraron el colegio por la seguridad de las niñas y la propia. Ese octubre, nuestro querido colegio fue demolido por una bomba talibán y todo lo que no destruyó la bomba fue tomado por gentes locales. Fue uno de los cuatrocientos colegios destruidos por los talibán.
Ante la persistente solicitud de los padres y con la promesa de protección de los militares, las Hermanas de la Presentación regresaron al valle de Swat para reabrir el colegio en 2012. Para entonces, la situación había mejorado pero todavía no era completamente segura.
Hoy, hay 952 estudiantes en nuestro colegio: 923 musulmanas, 27 cristianas y dos sikhs. La educación de niñas y jóvenes de entre cuatro y 17 años está asegurada y una cultura en la que la diversidad es respetada y celebrada domina en la comunidad escolar".
Traducido del Global Sisters Report
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