
«Vi una vez en las paredes de una estación del metro de Praga la
pintada:
'¡Jesús es la respuesta!', que posiblemente había escrito allí
alguien que volvía desbordante de entusiasmo de alguna concentración
evangélica. Solo que algún otro añadió acertadamente bajo su
proclamación: 'Pero, ¿cuál es la pregunta?'. Esto me recordó el
comentario del filósofo Eric Voegelin de que el mayor problema de los
cristianos actuales no es que no sepan las respuestas correctas, sino
más bien que
han olvidado las preguntas que habían sido planteadas y a
las que se dirigían estas respuestas.
Las respuestas sin preguntas –sin esas que en su origen las
provocaron, pero también sin aquellas otras que despiertan
subsiguientemente a cada respuesta– son como árboles sin raíces. ¡Y
cuántas veces, sin embargo, son propuestas nuestras 'verdades
cristianas' como árboles talados, ya sin vida, en los que no puede
anidar ave alguna!»
Tomáš Halík, Paciencia con Dios. Publicado en Pastoral SJ
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