Cómo preparar una buena confesión

Estos 3 pasos pueden ayudarnos para la oración y el examen que haremos con miras a preparar el sacramento de la reconciliación.
 
CONFESIÓN DE ALABANZA Y DE ACCIÓN DE GRACIAS = Confessio Laudis

La confesión de alabanza significa ante todo, orar y escribir el fruto de nuestra oración para después manifestar al sacerdote lo que me ha dado gozo desde mi última confesión, y lo que siento que debo agradecer a Dios a partir de situaciones y experiencias vividas, regalos de Dios para mí.

Le agradezco, por ejemplo, la vocación, la familia, la amistad... O el haber podido encontrar a una persona de la que yo huía hace mucho tiempo, o el haber sido capaz de afrontar un problema mío o de otros. O haber podido entender una dificultad que tengo en la oración, y que no sabía resolver. O agradecer a Dios por una actitud mía personal, que ha sido positiva...

Aprendo así a reconocer y a agradecer verdaderamente quién soy a la luz del bien recibido y hecho.

Tarea: pongo por escrito algunas frases que empiecen con: Señor, en mi vida te agradezco por... (Poniendo después motivos "efectivos" para agradecer)

DECIR AL CONFESOR LO QUE ME PESA = Confessio Vitae

La confesión de vida es poder pensar, y después ser capaz de decir ante Dios y la Iglesia, representada por el sacerdote, lo que en este tiempo me ha pesado. Esta expresión viene del griego "áfesis amartión" = quitarnos un peso de encima. Es lo que ante Dios, no habría querido que pasara.

Si me ayuda, puedo, confesar los pecados formales, es decir las faltas que he tenido.

O, si prefiero, expreso ante confesor la raíz más honda de mis pecados = "mi pecado madre"; "la raíz de mis pecados". Es decir, lo que es para mí la semilla del mal, lo que está en el fondo de mi corazón y de donde brotan los malos pensamientos y deseos; los vicios, los resentimientos, las omisiones... 

Por ejemplo: el orgullo, el miedo, alguna herida que llevo en el alma, la pereza, mi falta de amor a Dios y al prójimo.

"Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro": Mc. 7, 15 - 23.

Sólo por medio de enfrentarme con el Dios justo puedo reconocer toda mi injusticia.

Tarea: escribo mi confesión de vida y mi pequeña oración para pedir perdón.

CONFIANZA EN LA MISERICORDIA DE DIOS = Confessio Fidei

La Confesión de fe es el ejercicio de la fe evangélica que salva. Se trata en este 3º paso del "coloquio penitencial" de confesar la confianza renovada que pongo en Dios y que Dios pone en mí.

Puede servirme escribir brevemente mi confesión de fe. Lo hago por medio de una frase que me guste y que me haga sentir la cercanía de Dios en mi vida. Esta frase será para mí "el multiplicador" de fuerza y de bendición.

Si prefiero, puedo valerme de un texto de la Biblia significativo para mí, o de un salmo o, sencillamente, mirar una imagen y dibujarla.

Por Álvaro Restrepo, SJ. Publicado en Religión Digital

Comentarios

Entradas populares