Un camino en siete etapas (I)
Éste es un día de gozo para muchos que celebran a Santiago peregino en Compostela. Es día de Jacob/Jaime, de Jacques/Yakue…, ,
Hijo del Trueno/Zebedeo, hermano de Juan… El libro de los Hechos
(12,2) dice que Agripa Rey le mando matar hacia el 43 d.C. por rebelde
contra su poder, y muchos creen que sus discípulos trajeron sus restos
hasta Compostela, campo de estrellas o escorias (cementerio) en el Finis-Terrae donde vienen a buscarle, cantando en el Camino Herru Sant-Yagu, Santiago es Herr o Señor.
sede de los jacobinos (los de Santiago), dirigentes lúcidos y
radicales de la Revolución Francesa, con sus inmensos valores, con sus
grandísimos riesgos. Dicen que allí, en ese convento, con espíritu de
Jesús y pensamiento dominicano, se añadió el tercer eslogan de la
Revolución (fraternidad) a los dos anteriores, que eran "igualdad y libertad".
Pero el nombre de Jacques/Santiago está unido a la mayor disputa de poder en Occidente,
en la iglesia y convento de Saint Jacques, de los dominicos de Paris,
que fue
En esa línea, quiero que fiesta del 25.7.18 sea jacobea (de peregrinación compostelana) y jacobina
(de transformación político-social, en la línea de la "mejor"
Revolución Francesa), siendo, al mismo tiempo, fiesta de Evangelio.
La mayor inspiración de esta fiesta la ofrece precisamente el evangelio del día, Mateo 20,20-28, un evangelio compostelano por su espíritu de peregrinación interna y jacobino
por su modo de superar un tipo de mando, pues lo que importa no es
conquistar el poder para "hacerlo mejor" (Herru Sant-Yagu), sino de superar todo poder de imposición, como dice Jesús a Santigo.
Jesús quiso (cf. Mt 22, 20-28),que Santiago Zebedeo fuera jacobino,
en la línea de París, pero superando el poder impositivo del 313 o del
1789, para abrir con sus compañeros un proceso de libertad, igualdad y
fraternidad económica, social y religiosa (integral), que bien vivido
hubiera impedido el "terror" de algunos jacobinos de la iglesia de Saint
Jacques de Paris.
Desde ese fondo quiero comentar ese evangelio de Santiago el
Jacobino de París, el Jacobeo de Compostela-Paris, el apóstol/peregrino
de Jesús.
El Evangelio, libro del Camino
Para muchos de nosotros un “evangelio” de este día es el Pórtico de
la Catedral de Compostela. Pero
es
fundamental retomar el evangelio de la misa de fiesta de Mt 22, 20-28, que comentaré según el texto paralelo (más antiguo) de Mc 10,35-45, el texto central de la tradición jacobina/jacobea de la Iglesia (que interpreto a partir de mi Comentario de Marcos):
Mc 10, 35-45:
35 Y Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se le acercaron diciéndole: -- Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte.
36 Jesús les preguntó: ¿Qué queréis que haga por vosotros? 37 Ellos le contestaron: Concédenos sentarnos uno a tu derecha y otro a Tu izquierda enTu gloria.
38 Jesús les replicó: -- No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que Yo he de beber, o ser bautizados con el bautismo con que seré bautizado? 39 Ellos le respondieron: #Sí, podemos. Jesús entonces les dijo: Beberéis el cáliz que yo he de beber y seréis bautizados con el bautismo con que seré bautizado. 40 Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado.
41 Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. 42 Jesús los llamó y les dijo:
-- Sabéis que los que parecen mandar a las naciones las gobiernan tiránicamente y que sus magnates las oprimen. 43 No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; 44 y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea esclavo de todos. 45 Pues tampoco el Hijo del humano ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.
El texto, escrito de forma forma ejemplar, puede dividirse en siete
partes o etapas, las cuatro etapas del camino de Santiago, que culmina
en París y/o Compostela: petición de poder, cáliz de Cristo, redención,
plenitud.
1ª Etapa: petición de poder (Mc 10, 35-37).
Al principio del Camino queremos mandar. Así nos ponemos en marcha para conquistar el mundo.
Como representantes de esa lógica de mando ha presentado Marcos a
Santiago y Juan, los primeros conspiradores de la iglesia, que utilizan a
Jesús para saciar su sed de jerarquía. Juan y Santiago fueron llamados
al principio para la pesca final (Mc 1, 16-29); unidos a Pedro, han
acompañado a Jesús en casa del Archisinagogo (5, 37) y en la
transfiguración (9, 2).
Por eso, al pedirle ahora un puesto a la derecha e izquierda de Su
gloria, parecen responder con confianza a Su confianza. Es lógico y
bueno lo que piden (estar siempre al lado de Jesús), pero lo piden con
lógica del mundo, que es lógica de mando: quieren elevarse sobre el resto de los discípulos, quieren poder para dominar el mundo, como el Santiago Matamoros de
cierta tradición política y militar de otros tiempos. Quieren Poder, el
poder de la gloria religiosa, el poder del imperio... Así quieren ir,
montados a caballo, para conquistar el mundo y matar a todos los
perversos de la tierra (herejes, ateos, musulmanes...).
Éstos son los zebedeos que quieren manejar el fuego del cielo
para matar a los malos samaritanos de antaño y hogaño (Lc 9, 52). En
esta línea, el riesgo mayor de la iglesia no se encuentra fuera (en los
escribas judíos y gobernadores romanos o en los políticos actuales)
sino en sus propios jefes interiores, que, con pretexto de servicio
mesiánico y de acción liberadora, quieren imponer su dictado social y
sacral sobre los otros (¡que caiga fuego del cielo sobre los malos...!.
Ésta es la primera etapa, así se ponen en marcha Herru Santiagu y su
hermano (al que ya dejamos un poco a un lado). Ésta es una buena noticia
para algunos prelados actuales (especialmente en España) que quieren
mandar sobre los otros. Están en buen camino... si siguen caminando con
Herru-Santiagu.
2ª Etapa: mi Cáliz lo beberéis...(Mc 10, 38-40).
Jesús responde cambiando el nivel de la petición. No acepta o
rechaza aquello que piden, la lógica de mando, el poder del mundo, sino
que rechaza la misma petición como carente de sentido: ¡No sabéis lo que
pedís! (10, 38). Los zebedeos le han seguido y, sin embargo, no
entienden Su estilo, no acogen Su proyecto... No saben, tienen que
seguir en camino y en ese camino les instruye Jesús:
Pregunta. ¿Podéis beber mi copa, bautizaros con mi bautismo?
(10, 38-39a). Ellos desean mandar con Jesús, para imponerse. Jesús les
pregunta si pueden seguirle en camino de entrega y donación de vida
(copa, bautismo). Frente a la gloria que buscan en Él, Jesús quiere
ofrecerles su camino, expresado en signos de cáliz y bautismo,
vinculados ambos con su muerte. En el fondo les pregunta si están
dispuestos a morir con (como) Él. Responden que sí. Ciertamente, no son
miedosos o egoístas vulgares.
Concesión. ¡Mi cáliz lo beberéis, con mi bautismo os bautizareis!
(39b). En una anticipación (que rompe el nivel temporal de la escena y
adelanta algo que es aún futuro, en el momento en que habla Jesús) y
confirma la disposición de los zebedeos, ratificando su entrega
martirial ya cumplida (han muerto por/con él cuando se escribe este
pasaje). Herru Santiagu quiere en el poder propio, pero en el fondo está
dispuesto a dar la vida por el Reino. Tiene que dejar de matar "moros"
del tipo que sea, tiene que dejar de ser el Santiagu Matamoros de mil
iglesias y catedrales de España y Amèrica, para convertirse en aquel que
acompaña a los hombres y mujeres en el camino de la entrega de la vida.
Mil veces hemos visto a este Santiago Peregrino, que marcha con
los peregrinos de la vida, dando de beber a los sedientos, para beber
con ellos el cáliz de Jesús, el gozo compartida de la vida que se va
regalando... Este Santiago ha dejado de matar matar moros y herejes y
camina ahora con todos, compartiendo con ellos el cáliz del gozo y de
las tareas de la vida, dialogando, dialogando en el camino, a pie con
los de a pie, que así se aprenden las cosas, no desde encima del
caballo.
3ª etapa. Dios más grande: Cristo no es trono, sino camino
Ésta es la etapa del camino/camino: mientras marchamos por la
vida podemos y debemos compartir el caliz de Jesús, que es el pan y vino
de la pereginación, con moros y judíos, con herejes e indígenas, todos
hermanos, pues el camino es de todos y, al fin, no existen distinciones
en la marcha. Ese es el camino de Jesús... amarnos mientras vamos
avanzando.
Pero el sentaros a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo... (10,
40). De Jesús es la entrega, la copa y bautismo que ofrece a los suyos.
Pero la gloria del trono es misterio de Dios, regalo de gracia que sólo
gratuitamente puede recibirse. Jesús acoge y ratifica el camino de
entrega por lo otros.... La respuesta final ya no es suya, sino de Dios,
para todos, cristianos y no crstianos, porque en el camino de
Compostela, que es el camino de la vida acabamos juntándonos todos..
Ésta es la paradoja del Camino de Santiago (de los zebedeos que
somos todos): Jesús escucha su deseo de poder, para transformarlo en su
camino de entrega... abierto a un Dios que no es de ellos (ni de Jesús,
ni de la Iglesia, un Dios de Todos). De esa forma abre una "ventana de
pascua", permitiéndonos ver el buen final de Juan y Santiago, que han
muerto ya por el evangelio. Por eso su recuerdo se mantiene con gozo
dentro de la iglesia.
De esa manera se expande un camino de Iglesia que es mayor que la
misma Iglesia. A veces tenemos la impresión de que el Papa y los Obispos
pueden dar el "trono", certificados de buen puesto en el Reino. Pues
bien, eso no lo puede dar ni Cristo, ni quién es más grande, si un
cristiano, si un judío, si un hereje... Eso es cosa de Dios, y Dios es
un misterio de plena gratuidad, sin poder alguno de imposición.
Por Xavier Pikaza. Publicado en Religión Digital
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