Caminando, rezando y trabajando juntos

La próxima visita del papa Francisco a Ginebra para celebrar el setenta aniversario del Consejo Mundial de las Iglesias, una hermandad de 348 denominaciones cristianas, está tomando un especial significado por la naturaleza cada vez más divisiva de la política global, señalan varios antiguos participantes en el diálogo ecuménico.

La visita de un día el 21 de junio -solo la tercera visita de un papa a la sede del Consejo, siendo la última la de Juan Pablo II en 1984- podría servir para subrayar la posibilidad de vivir en armonía incluso entre los desacuerdos antiguos y a veces estúpidos, señalan.

"Lo que estamos viendo en todo el mundo con el ascenso de los movimientos populistas y nacionalistas es cada vez mayor y mayor fragmentación", señaló el obispo auxiliar de Brooklyn James Massa, que lideró el secretariado ecuménico e interreligioso de los obispos de Estados Unidos entre 2005 y 2011.

"Cuando el obispo de Roma se encuentra con los líderes de otras comunidades cristianas, él y ellos estarán realizando una afirmación sobre la unidad a la que Dios nos llama, no solo como miembros de la familia cristiana sino de la familia humana", dice Massa.

La visita del papa al Consejo Mundial de las Iglesias, que ha sido denominada "peregrinación ecuménica" y utiliza el lema "Caminando, rezando y trabajando juntos", consistirá basicamente en tres breves encuentros: un encuentro ecuménico, una oración ecuménica y una comida con los líderes de la organización.

Durante las diez horas de viaje, sin embargo, Francisco también hará historia al celebrar la primera misa papal conocida en la ciudad del reformador protestante del siglo XVI Juan Calvino. Si bien Juan Pablo II celebró misa en su visita de 1984 y también en la posterior visita a Suiza de 2004, lo hizo en otras ciudades.

Sor Joan Delaney, de Maryknoll, que trabajó para el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos en los ochenta y se la asignó a la comisión del Consejo Mundial sobre Misión Mundial y Evangelismo, considera la misa en Ginebra "muy significativa" porque "esto no ha sucedido, al menos desde la reforma".

El paulino Fray Ron Roberson, actual director asociado del secretariado de los obispos de Estados Unidos, define la visita papal como "una expresión del apoyo de la Iglesia Católica al Consejo Mundial y al trabajo que está realizando".

El Consejo Mundial de las Iglesias fue un fruto del movimiento ecuménico de finales del siglo XIX que unió a muchas denominaciones protestantes e iglesias ortodoxas y ortodoxas orientales. Más de cien iglesias acordaron fundar la organización a finales de los años treinta, pero su primera asamblea se retrasó hasta 1948 debido a la Segunda Guerra Mundial.

El grupo celebra una asamblea cada seis años, la última en Corea del Sur en 2013.

Delaney anota que el viaje del 21 de junio es el primero de un pontífice específicamente para visitar el Consejo Mundial. Cuando el papa Pablo VI visitó en 1969 la organización, había acudido a Ginebra primordialmente por el cincuenta aniversario de la Organización Internacional del Trabajo. En 1984, Juan Pablo II pasó cinco días en Suiza y visitó un total de catorce ciudades.

"Es muy significativo que celebremos específicamente este aniversario con ellos", dijo.

Massa, a quien Francisco nombró para Brooklyn en 2015, dice que el papa "quiere honrar el legado" del Consejo, que ha llamado "catalizador del compromiso católico con el moderno movimiento ecuménico".

Remarca la influencia que los documentos del Consejo Mundial de las Iglesias han tenido en el renombrado teólogo Fray Ives Congar, evidente tanto en su libro de 1966 "Tradición y tradiciones" como en los esquemas del teólogo que condujeron al documento del Concilio Vaticano II Dei Verbum.

"Puedes ver lo que florece como doctrina oficial de la Iglesia articulada en el Concilio Vaticano II que procede de estos diálogos ecuménicos que fueron organizados por el Consejo Mundial de las Iglesias", apunta Massa. "Es simplemente un gran legado".
Entre las cuestiones específicas de las que se espera que hablen el papa Francisco y los líderes del Consejo Mundial de las Iglesias están aquellas que han definido el papado de Francisco: la inmigración, el cambio climático y el ascenso en los conflictos globales.

Monseñor John Radano, que fue un miembro de Unidad de los Cristianos entre 1984 y 2008 y
participó en numerosos diálogos de la Iglesia Católica con las denominaciones protestantes, piensa que el cuidado por la creación puede ser un particular asunto de diálogo ya que el Consejo, como el papa Francisco, ha expresado una "profunda preocupación" por la destrucción del medioambiente.

Delaney, sin embargo, se pregunta si no puede ser el momento para que los líderes cristianos tengan una franca discusión sobre un asunto difícil: la primacía del papa, obispo de Roma, entre las iglesias. Recuerda que tras su visita de 1984, Juan Pablo II pidió al Consejo que considerase el tema.

"Creo que este sería un tiempo apropiado para estudiar dónde está ese debate", dice.

"Si solo se discuten otras materias puede acabar pareciendo un encuentro de ONGs", dice Delaney, adoptando el lenguaje que a menudo ha utilizado Francisco para advertir contra que la Iglesia actúe como si fuese una ONG.

"Estas materias han de ser discutidas a la luz de la unidad de los cristianos", piensa. "¿Hasta que punto estos esfuerzos promueven o dificultan la unidad de los cristianos? Este punto suele pasar desapercibido."

Delaney reconoce que la conversación sobre el primado papal es "muy difícil", pero recuerda que encontrar la unidad es "el objetivo fundamental del Consejo Mundial y el sentido de nuestra cooperación con él".

"Cierto es que cuando los problemas son difíciles, tiendes a mover la atención a cosas más prácticas y satisfactorias y menos controvertidas", añade. "Por eso se necesita recordar el sentido original".

Radano, ahora profesor de teología en la Universidad de Seton Hall, recuerda que el Consejo Mundial ha tratado recientemente el tema de la primacía papal en un documento de 2013 escrito por su Comisión de Fe y Orden, titulado "La Iglesia: hacia una visión común".

Aunque aquel documento no profundizase en la materia, dice que el hecho de que lo mencione es "muy importante".

La comisión señaló que se había producido un "significativo diálogo ecuménico" sobre un "ministerio universal de la primacía" pero que "todavía hay mucho trabajo por hacer para llegar a un acuerdo" en la materia.

Rodano señala que el documento de 2013 apuntó uno de los beneficios del diálogo constante de la Iglesia Católica con el Consejo Mundial, que tiene lugar por medio de un grupo conjunto de trabajo. Dice que el grupo desarrolla un "particular trabajo al servicio del entero movimiento ecuménico".

Para Delaney, el trabajo entre la Iglesia Católica y el Consejo Mundial tiene un valor único entre los muchos diálogos ecuménicos.

"Es la única forma en la que podemos permanecer en contacto con los desarrollos de las iglesias protestantes y ver cómo ayudan o dificultad a la unidad cristiana". "Luego, son muy importantes".

El viaje de Francisco a Ginebra será el número 23 de su pontificado fuera de Italia. Suiza será el trigésimocuarto país que visita.

Entre estas visitas, el papa ha realizado otros cuatro viajes de un solo día: a Tirana en Albania, a Estrasburgo para dirigir discursos al Parlamento Europeo y al Consejo Europeo, a Sarajevo en Bosnia- Herzegovina y a la isla griega de Lesbos para visitar a los inmigrantes que entran en Europa.

La próxima visita programada del papa será a Irlanda el 25 y 26 de agosto, para participar en el Encuentro Mundial de las Familias.

Por Joshua McElwee. Traducido del National Catholic Reporter

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