Esos Cristos que han muerto sin que nadie les haga caso

Siguen muriendo. En las calles, solos, abandonados. En muchos casos, nadie reclama sus cuerpos, y son enterrados sin ceremonia. Nadie reza por ellos. Hasta ayer. El cardenal de Madrid, Carlos Osoro, y el presidente de Mensajeros de la Paz, padre Ángel, abrieron anoche en San Antón una bendita costumbre: la de encontrarse, todos los últimos martes de cada mes, para ofrecer una Eucaristía en memoria de los muertos olvidados.

"Hoy queremos recordar a esos Cristos de hoy, sobre todo a los que han muerto sin que nadie les haga caso, en la calle", proclamó en su homilía Carlos Osoro. "Nadie se acuerda de ellos, nosotros queremos cogerlos de la mano". La misa, que se celebró a los pies del "Cristo de los Niños", ante casi un centenar de personas -muchos de ellos, los sin techo, parroquianos preferidos de San Antón-, fue un ruego para que "el corazón de cada ser humano sea un corazón en el que todos tengan carta de ciudadanía, que todos tengan carnet para entrar".

"Todos tenemos dificultades para dejar entrar a los que no piensan como yo -apuntó Osoro-. Ponemos fronteras. No seamos así. Tengamos un corazón donde todos podamos entrar, no echemos a nadie. Que todos sean ciudadanos de nuestro corazón".

Para el cardenal de Madrid, y desde ayer, mucho más si cabe, el cardenal de los olvidados, de los corazones rotos (después de la misa, Osoro se entretuvo, durante más de media hora, escuchando las historias de las personas sin hogar, recogiendo pedidos, escuchando "confesiones"), "es urgente pedir perdón por todos aquellos a los que hemos abandonado, por los que no tienen a nadie que se acuerde de ellos".

Un solo latido, el "mismo sístole y diástole del corazón de Jesús". Eso es lo que necesitamos, y a lo que se comprometió el cardenal de Madrid. Con todos los olvidados: los que viven y mueren en la calle, los refugiados, los perseguidos en esta sociedad de las prisas y del individualismo. "¿Deseamos ser hombres y mujeres de los demás?", se preguntó Osoro.

La palabra clave, el acompañamiento. "El Señor nos pide que acompañemos al que nos acompaña", que hagamos camino de Emaús con todos. "No hay nada que nos pueda impedir el acompañamiento, sin preguntar qué hizo o qué piensa el otro, porque es imagen de Dios".

El Evangelio hablaba de la curación al ciego de nacimiento. "Toma tu camilla y camina con ella", dice Jesús. "Lo importante es que Jesús nos pide que echemos a andar, no importa la camilla que llevemos, no importa lo que tengamos en la mochila. Todos los hombres, sin excepción, tenemos el mismo derecho de ciudadanía".

Al término de la misa, el padre Ángel presentó los actos de la Semana Santa en San Antón, que este año girarán en torno al Sermón de las Siete Palabras y que contará, entre otros, con la presencia de los cardenales de Madrid, Sevilla (Amigo) y Barcelona (Sistach), el nuevo obispo de Osma-Soria o los sacerdotes Peio Sánchez y Antonio Cartagena. Al tiempo, Osoro y el presidente de Mensajeros presentaron a la comunidad el nuevo "icono" de San Antón: una imagen del Papa Francisco en la que, cada día, aparecerá el tuit que éste publique en su perfil.

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