¿Extraños amigos?
En su número de febrero, la revista de pastoral Sal Terrae, editada por
la Compañía de Jesús, recomienda con entusiasmo el libro "¿Extraños
amigos? Cuando ciencia y fe se aventuran al diálogo."
Ya desde el título, se intuyen los logros de esta obra tan acertada
como necesaria. Forma y fondo se acompasan y coordinan de tal manera
que, bien se puede decir en este caso, la forma es el mensaje. Y esto es
así porque los autores, una ingeniera y un sacerdote, se embarcan en un
diálogo donde, como diría san Ignacio, están “más dispuestos a salvar la proposición del prójimo que a condenarla”.
Escuchar, acoger la verdad que brota del corazón, es amar. Acoger la
palabra del otro es lugar de encuentro inmarcesible, es fuente de
amistad. La escucha activa y atenta a los planteamientos del compañero
les permite construir un discurso perfectamente entrelazado, donde no se
pierde la unidad y armonía de todo el conjunto. Cada uno de ellos, en
su palabra nacida del corazón y la pasión de su vida, transmiten alegría
y entusiasmo. Verdad, bondad y belleza son siempre irresistibles. Sin
intentar convencer, son convincentes porque estarán convencidos.
Como buenos profesores, han tenido el acierto de abordar el diálogo
entre la ciencia y la fe desde la creatividad y el humor. Por su
facilidad para expresar con palabras sencillas las realidades más
complejas, por la plasticidad de sus metáforas y comparaciones, por su
fuerza sugerente y evocadora, por su tono ágil, vivo, directo y
conversacional, por la originalidad de sus planteamientos y su buen
humor, por su positividad siempre, la lectura de estas páginas es un
atractivo placer desde el primer momento.
La obra, convertida así en un areópago de crecimiento mutuo, se
divide en doce capítulos donde, a partir de diversas escenas bíblicas,
se abordan distintos temas desde las dos perspectivas: la
científico-técnica y la religiosa. Y como en Pentecostés, donde “cada uno los oía hablar en su propio idioma”,
aquí también se produce el milagro de la comunión en la diversidad. Y
con la publicación del texto disfrutamos y nos enriquecemos todos.
Es conmovedor asomarse desde estás páginas a contemplar la belleza
incomparable de un arco iris, descompuesto en sencillas gotas de luz y
de color; o las erupciones volcánicas, presentadas como necesarios
movimientos fisiológicos del cuerpo de la Tierra; o la maravilla de las
lentes del ojo humano, inteligentemente dispuestas para captar las
imágenes reflejadas por la luz solar.
La originalidad de Ana Rota y la inteligencia de sus metáforas,
sumada a la profunda autenticidad de Fernando Cordero, se potencia de
tal manera que, sin pretenderlo, ciencia y fe se hermanan y convierten
en pura retórica la pregunta que da título al libro. Lejos de mostrar la
ciencia y la fe como extraños amigos que se mantienen
recelosos en la distancia, los autores de esta obra cantan a coro otra
melodía más armoniosa; desde su amistad, desvelan, con sus palabras
hechas vida, la verdadera cara de lo real: razón y fe son, como dice la
canción, Amigos para siempre.
Como decía Louis Pasteur, “un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él”.
Son muchos y muy notables los creyentes que, a los largo de la
historia, se han significado por sus relevantes aportaciones en los más
diversos ámbitos científicos. Y, sin embargo, en los últimos tiempos, en
nuestra sociedad occidental la fe se presenta a veces como una rémora
para los avances de la ciencia; progresar parecería incompatible con la
creencia en ningún dogma.
Esta obra, llena de pasión y vida, trasciende todo prejuicio y se
aventura confiada a iluminar la insondable densidad de lo real. Ojalá
sean muchos más cuantos se atrevan a transitar por este areópago con la
humildad del compañero de camino.
ROTA, A. y CORDERO, F., ¿Extraños amigos? Cuando ciencia y fe se aventuran al diálogo, San Pablo, Madrid 2015, 214 pp.
Mª Dolores de Miguel Poyard. Publicado en 21RS
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