En camino hacia el Reino de Dios
"El Reino de Dios no es una estructura fija, está siempre en camino". El Papa Francisco hizo un llamado a construir el Reino, que "crece con la docilidad, no con organigramas", durante su misa en Casa Santa Marta.
En su homilía, el Papa advirtió contra el "excesivo apego a las estructuras y los organigramas",
sin dejar de pensar que "el Reino de Dios siempre está en camino". El
Papa Francisco comenzó su homilía subrayando que la Ley no está sólo
para estudiarla, sino para "caminarla", pues "la Ley es para la vida,
para ayudar a hacer el Reino, a hacer la vida", reiteró Bergoglio,
añadiendo que "hoy el Señor nos dice que también el Reino está en camino".
"Quizá, el Reino de Dios es una estructura bien hecha, toda en orden,
organigramas bien hechos, todo... y lo que no entre allí, no está en el
Reino de Dios. No. Con el Reino de Dios pasa lo mismo que puede pasar
con la Ley: el ‘fijismo', la rigidez... La Ley está para caminarla, el Reino de Dios está en camino. No está estancado. Aún más: el Reino de Dios ‘se hace' todos los días", aclaró Francisco.
Un Reino que se construye en la vida diaria, como "la levadura, que
se mezcla con la harina, ‘está pues en camino y hace el pan'". O como el
grano de mostaza, que "están en camino para hacer algo", aunque para
eso deban morir. "No es problema de pequeñez, es pequeño... poca cosa...
o algo grande. Es problema de camino y en el camino se produce la transformación", aclaró.
Por contra, "cuando uno que se queda en la Ley y no camina, tiene actitud de fijismo, de
rigidez".
Frente a ello, el Señor pide "docilidad". "El Reino de Dios crece con
la docilidad a la fuerza del Espíritu Santo. La harina deja de ser
harina y se vuelve pan, porque es dócil a la fuerza de la levadura y la
levadura se deja amasar con la harina... no sé, la harina no tiene
sentimientos, pero dejarse amasar, podría hacer pensar en algún
sufrimiento allí, ¿no? Y, luego se deja cocinar ¿no? Pero también el
Reino... el Reino crece así y al final es alimento para todos".
"El hombre y la mujer dóciles al Espíritu Santo crecen y son don para todos",
concluyó Francisco, quien añadió que "también el grano es dócil para
ser fecundo y pierde su entidad de semilla y se vuelve otra cosa, muy
grande: se transforma. Así es el Reino de Dios: en camino. En camino
hacia la esperanza, en camino hacia la plenitud".
Si, frente a la docilidad, escogemos la rigidez, "nos hacemos
huérfanos", pues "el Reino de Dios se hace cada día, con la docilidad
del Espíritu Santo, que es el que une nuestra pequeña levadura o pequeño
grano a la fuerza y los transforma para hacer crecer». Pero, si no
caminamos, nos volvemos rígidos y «a rigidez nos hace huérfanos, sin
Padre".
Por Jesús Bastante, publicado en Religión Digital
Comentarios
Publicar un comentario