Mira a tu alrededor

Es sorprendente cómo la inspiración puede llegar en los momentos más ordinarios. La ocasión más reciente para mí fue durante mi paseo matutino por Washington, DC. Mientras contemplaba el edificio del capitolio a la luz del amanecer, un poderoso sentido de paz y calma me cubrió. Sin previo aviso, me encontré en la presencia de Dios.

Fue una gloria tranquila, oculta. A mi lado había decenas de trabajadores dirigiéndose a sus rutinas diarias y comprobando sus teléfonos móviles, pero yo estaba experimentando un momento de claridad. Nada a mi alrededor había cambiado, pero algo lo había hecho dentro de mí. Mis ojos estaban abiertos. Todo parecía bañado de una nueva luz. 

Y por tonto que suene, una melodía de la película original de Willy Wonka me vino a la cabeza. Comencé a cantarla yo mismo:

"Si quieres ver el paraíso, simplemente mira a tu alrededor y contémplalo. ¿Quieres cambiar el mundo? No tienes que hacer nada".

En ese momento, la canción no parecía una simple melodía de una película animada, sino un mensaje personal dirigido a mi corazón. Estaba obteniendo un instante de belleza. Yo no fui buscándolo, el paraíso me encontró. ¿Cómo sería la vida si practicásemos siempre este tipo de conciencia? ¿Qué amor oculto, qué verdadera libertad experimentaría?

Hay una vida y un poder que está detrás de cada momento ordinario. Demasiado a menudo, me dejo atrapar por la prisa por llegar a lo siguiente. Camino por el oasis, ignorando los manantiales de agua, en cambio persiguiendo un espejismo en el horizonte. 

¿Quieres cambiar el mundo? Sí, quiero. Y como dice Wonka, "no tienes que hacer nada". No hay nada que yo tenga que hacer en absoluto. Si simplemente dejo que el Espíritu Santo transforme mi visión, entonces todo cambiará.

¿Ha sido tocada tu vida por un cambio inesperado de perspectiva? ¿Has encontrado la belleza oculta del día a día? ¿Cómo sería vivir en esta conciencia, que tu mundo cambie por ella?

Traducido de Micah Bales

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