Plántale cara al hambre

"El hambre es una vergüenza para la Humanidad. Es, literalmente, un crimen". La presidenta de Manos Unidas, Soledad Suárez, presentó este mediodía la LVII Campaña Contra el Hambre de Manos Unidas en la que, bajo el lema, "Plántale cara al hambre: siembra", la ONGD inicia un milenio de denuncia de las causas de esta "lacra vergonzante, que afecta a casi 850 millones de personas".

"Es inadmisible que el hambre pueda permitirse en pleno siglo XXI, en un mundo de abundancia como el nuestro", denunció la presidenta de Manos Unidas, quien arremetió contra "la paradoja de la abundancia". "Es contrario a la lógica, a la ética y a la moral que una de cada nueve personas en la Tierra pase hambre, mientras se desperdician un tercio de los alimentos que se producen. En España, por ejemplo, se tiran a la basura 1.300 millones de kilos al año".

Con la de 2016 arranca un trienio de lucha contra el hambre, en el que Manos Unidas quiere "reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta", así como "combatir las causas del hambre, que se debe principalmente al mal uso de los recursos alimentarios y energéticos, a un sistema económico que excluye a los débiles y a unos estilos de vida y consumo que aumentan la vulnerabilidad y la exclusión", apuntaló Soledad Suárez.

"Plántale cara al hambre, siembra", es el lema de este año, en el que se trabajarán los "Objetivos de Desarrollo Sostenible", aprobados recientemente por la comunidad internacional, y que para la oNGD suponen "una nueva esperanza que debemos trabajar todos juntos, porque el esquema Norte-Sur ha dejado de ser válido". Para Suárez, por primera vez "se relacionan el desarrollo con el medio ambiente", algo que ya adelantó el Papa Francisco en ese "regalo" que supone Laudato Si.

"Todo daño que se haga a la naturaleza se le hace a cualquier hombre, especialmente a los que viven en circunstancias precarias", apuntó la presidenta de Manos Unidas, quien se congratuló de que, gracias al Papa, "vamos a poder seguir denunciando que el cambio climático no es una farsa".

Junto a los dramas naturales, la injusticia, "el drama del éxodo de los refugiados". "¡Qué dolor han producido a la mayoría de la población esas imágenes! ¡Cuánto sufrimiento y desesperación, y con cuánta cerrazón nos hemos encontrado en los países receptores!", lamentó la presidenta de Manos Unidas, que recordó cómo la ONG mantiene, desde hace años, proyectos de acogida de refugiados sirios e iraquíes en Jordania, "que huyen de una muerte segura en sus países".

Junto a esta catástrofe humanitaria, donde ahora apuntan los focos mediáticos, se encuentran "otros horrores olvidados: Sudán del Sur, Tailandia, Colombia, Centroáfrica o Congo. No nos cansamos de repetir que la pobreza es el mejor caldo de cultivo para que proliferen los conflictos".

La presentación de la campaña sirvió para aportar algunas cifras sobre el trabajo que realiza Manos Unidas
desde hace casi 60 años en todo el mundo. Casi 79.000 socios y colaboradores, e innumerables instituciones públicas y privadas que aportan sus fondos (más las segundas que las primeras, que lamentablemente continúan congelando las aportaciones al tercer sector), y que han conseguido que en 2015 los ingresos totales de Manos Unidas se hayan incrementado un 4,7%, hasta los 45,1 millones de euros. Estos ingresos han hecho posible que hayamos aprobado cerca de 600 proyectos de desarrollo que han beneficiado a 2,8 millones de personas en todo el mundo.

"Queremos sembrar una buena tierra, agua y semilla, capacidades, responsabilidad y cooperación entre los Estados. También queremos sembrar solidaridad", culminó Soledad Suárez, quien insistió en que "nuestras crisis, las de los países ricos, se quedan pequeñas al lado de las de millones de personas que sufren el flagelo del hambre". Por ello, pidió "que nuestra crisis no nos endurezca, que no busquemos excusas para colaborar en la lucha contra el hambre".

En la rueda de prensa también intervinieron dos misioneros y cooperantes, que trabajan en Congo y Guatemala. La hermana Victoria Braquehais, de la congregación Pureza de María, presentó los proyectos para paliar el hambre y la falta de agua en África, mientras que Carlos Arriola incidió en los proyectos de soberanía medioambiental en Guatemala.

Por Jesús Bastante, publicado en Religión Digital

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