¿Por qué deberíamos dar gracias?

El jueves es el día de Acción de Gracias, el anual encuentro gastronómico en Estados Unidos que a menudo se convierte en una pelea familiar. Así que si la conversación alrededor del pavo comienza a tensarse un poco -"¿Por qué no estás casado todavía?" ¿A quién vas a votar?", "¿Refugiados, sí o no?", aprieta los dientes y conserva en la mente: el impulso de dar gracias, ya sea en un ambiente religioso o laico, es bueno tanto para el cuerpo como para el alma.

¿De dónde procede la costumbre de dar las gracias?

La respuesta es tanto religiosa como secular.

Casi todas las religiones del mundo piden a sus seguidores que den gracias a la divinidad, a menudo mediante la oración, los cantos o las ofrendas. El Talmud dice que los judíos deben dar gracias por sus bendiciones cien veces al día, el Corán dice a los musulmanes que "Dios siempre premia la gratitud y lo sabe todo". Los no- creyentes también dan gracias, ya que el número de encuentros de acción de gracias laicos no para de aumentar.

Robert Emmons, profesor de psicología de la Universidad de California y autor de "La gratitud funciona", dice que el agradecimiento es "profundamente básico" a la condición humana. "Cuando estamos agradecidos por algo, consideramos sus orígenes", dice. "De dónde vino, quién fue el responsable de hacerlo, por qué y con qué objetivo existe, qué debería hacer yo al respecto. Tales preguntas nos llevan a la profundidad religiosa."

¿Con qué frecuencia deberíamos dar gracias? 

La respuesta parece ser que cuanto más, mejor. Los múltiples estudios de Emmons muestran que la gente que hace una pausa para meditar sobre sus bendiciones cada día se declaran felices un 25% más que la que no lo hace. También encontró que la gente agradecida hace ejercicio diariamente, informó de menos enfermedades y tenía mayores niveles de energía y alerta.

Otros académicos han estudiado los beneficios del agradecimiento -existe incluso un programa sobre la "ciencia de la gratitud" en la Universidad de Berkeley- y los investigadores han encontrado que dar las gracias regularmente mejora las relaciones románticas y puede ser una especie de antidepresivo natural.

De acuerdo, dar las gracias es bueno para mi cuerpo. ¿Y para mí alma?

Ello nos lleva de vuelta a los fundamentos religiosos de dar las gracias. Bradley Malkovsky, profesor de teología comparada en la Universidad de Notre Dame, dice que dar las gracias es "espiritualmente bueno para nosotros... un entrenamiento en el conectar e ir más allá del ego" para alcanzar al otro y a Dios.

"Si miramos atentamente a nuestras vidas, veremos que tanto de lo que hemos conseguido es un regalo" tanto de los demás como de Dios, asegura. "La gratitud es el reconocimiento de que no somos el centro del universo".

Por Kimberly Winston. Traducido de The Crux

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