Unidad y amor sin límites

Ser Iglesia es algo más que sentarse semana tras semana en el mismo banco al lado de la misma familia con la que te has sentado durante años. Ser Iglesia es promover y proyectar tu amor fraterno por la humanidad a todos aquellos con quienes te encuentres. Es permanecer esperanzado ante lo desesperante. Es dar una bienvenida acogedora a los marginados.

Mi experiencia de Iglesia ha sido una de crecimiento y de cambio. De niña, iba a la iglesia cada semana con un hermoso vestido y una ancha sonrisa que mostrar. Nunca pensé realmente sobre por qué iba allí hasta que comencé a recibir los sacramentos. Recibir la Primera Comunión comenzó mi nueva comprensión de la Iglesia: una de unidad y de amor sin límites.

Así como mi vida de fe sigue cambiando, estoy esperanzado en los cambios en la Iglesia. En su corto tiempo de pontificado, el papa Francisco ha retado al pensamiento eclesiástico en difíciles materias. Todo cambio es siempre difícil y es natural que algunos lo teman. Sin embargo, los católicos no deben tener miedo a poner la otra mejilla por amor a la justicia y deben estar abiertos a los cambios.

Espero que los católicos de todos los lugares abramos nuestros corazones y nuestras mentes para acoger a aquellos que no hayan "nacido y sido criados" en el catolicismo, o a aquellos que se encuentren en situaciones difíciles, para que verdaderamente seamos la Iglesia universal que Dios nos llama a ser. Solo entonces podremos dar la bienvenida a nuevas caras y voces más fuertes para crear una Iglesia más vibrante y diversa que nos permita finalmente ser embajadores amorosos de la misión de Cristo.

Durante su pontificado, Francisco también ha promovido y ejemplificado continuamente el valor de vivir con simplicidad, en solidaridad con los pobres y marginados. Los occidentales hoy estamos orientados hacia el materialismo. Siempre estamos esperando la siguiente mejora. Nos ponemos en fila como sardinas en lata ante la apertura de un nuevo centro comercial, deseando luchar con los demás para conseguir las mejores gangas. Esta mentalidad materialista obstaculiza a la Iglesia vivir verdaderamente su misión en el mundo: amar al prójimo como a uno mismo.

Espero que la Iglesia se de cuenta de la importancia del servicio a los demás a través del ejemplo de Francisco. Desarrollar acciones concretas en nuestras comunidades servirá para atraer nuevas caras a la Iglesia. Por medio de estas acciones, la Iglesia se transformará en una institución más acogedora, catalizando su crecimiento.

Ser católico para mi significa saber que en algún lugar hay alguien que no se parece para nada a mí, que no habla mi idioma, pero que celebra y cree lo mismo que yo. Este pensamiento es más que poderoso. Une a los católicos de todo el mundo. Automáticamente nos conecta con millones de personas que nunca conoceremos. Con esto en mente ante todo, tengo esperanza de que la Iglesia fortalecerá esta unión y abrirá sus brazos para incluir a todos aquellos rechazados y olvidados, para que creemos una comunidad más fuerte, más viva y juntos, vivamos en la verdad del Dios universal, omniamoroso, siempre justo.


Por Mary Chudy. Segundo premio del concurso de redacción en institutos sobre "Cambio y crecimiento en la Iglesia" del National Catholic Reporter (traducción)


Comentarios

  1. "Ser Iglesia es promover y proyectar tu amor fraterno por la humanidad a todos aquellos con quienes te encuentres".

    ResponderEliminar
  2. "Ser Iglesia es promover y proyectar tu amor fraterno por la humanidad a todos aquellos con quienes te encuentres".

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares