¡Saca tu mano de ese tarro!

Hay un libro infantil que verdaderamente amo, llamado Hertzel y los trasgos de Hanukkah. Trata sobre un pueblo judío que está plagado de trasgos inoportunos, que aparecen cada año impidiendo a los vecinos celebrar Hanukkah. Cada año hasta que Hertzel de Ostropol decide dar a los trasgos su propia medicina.

Mientras Hertzel se acomoda para celebrar Hannukah, cada noche le visita un trasgo diferente. Cada uno intenta perturbar la celebración de Hertzel de una forma distinta. Y cada noche Hertzel se las apaña para vencer a la molesta criatura.

Una noche, a Hertzel le visita un trasgo de apariencia especialmente estúpida, que está muy hambriento. Inmediatamente se da cuenta del gran tarro de escabeche que Hertzel ha dejado en la mesa. El trasgo desciende voraz sobre el tarro de escabeche, empuja su mano dentro y agarra todo el escabeche.

De repente, ¡el trasgo se da cuenta de que su mano está atascada! Lucha para liberarse del tarro, pero su mano no se mueve. Grita a Hertzel: ¿Qué le has hecho a este tarro? ¿Qué encantamiento le has puesto para atraparme de esta manera? El trasgo permanece ahí, luchando por extraer su mano del montón de escabeche, mientras Hertzel enciende las velas de la menorah y celebra Hannukah.

Cuando ha terminado, Hertzel libera de su agonía al pobre trasgo. Le dice: Sabes, el único encantamiento que mantiene tu mano dentro de ese tarro es el poder de tu gula y tu codicia. Si sueltas el escabeche, mover la mano es fácil.

Soltando el escabeche, el trasgo por fin puede sacar su mano del tarro. Se queda llorando toda la noche. El trasgo no quiere saber nada más de Hertzel y sus trucos mágicos.

Esta historia resuena en mí, porque me he encontrado con la mano capturada en el tarro de escabeche más veces de las que me gustaría admitir. Tengo todo tipo de esperanzas y sueños que no quiero dejar marchar. Me he quedado tan metido en mi propia idea de lo que debería hacer. Olvido que esta vida es mucho más grande que ninguna de las tareas en las que me ocupo. Soy libre de dejar marchar el escabeche siempre que quiera. ¿Por qué es tan difícil para mí verlo?

¿Cuál es el tarro de escabeche en tu vida? ¿Dónde has dejado tu libertad y tu alegría? ¿Cuáles son esas cosas a las que te has aferrado tan estrechamente que has perdido tu sentido de la imaginación? ¿Qué te costará sacar tu mano de ese tarro? ¿A qué necesitas renunciar?

Traducido de Micah Bales

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