Bienaventurados los idiotas

Me gusta pensar que sé lo que ocurre. Disfruto pretendiendo que estoy al cargo. Pero lo cierto es que soy un idiota.

No tengo ni idea de lo que viene a continuación. No importan las estrategias y los planes que haga, el futuro sigue siendo un misterio para mí. Realmente no sé qué pasará de un momento a otro, mucho menos de un mes al siguiente.

¿Se ha dado alguna vez el caso de alguien que haya mirado diez años atrás y haya dicho: Esto es exactamente lo que esperaba que sucediese?

A menudo desearía saber lo que traerá el futuro. Incontables veces, he intentado hacer realidad mis visiones. Pero la verdad es que cada momento trae una sorpresa. El universo es principalmente imposible de planear.

Creo que está diseñado de esa manera. Después de todo, ¿dónde estaría la diversión si realmente supiésemos todo lo que va a pasar a continuación? ¿Qué alegría encontraríamos si los seres humanos pudiesen ver todo lo que vienen?

¡Hablando de tiranía!

Es fácil despreciar a los idiotas, a la gente que no tiene ni idea de a dónde va ni de dónde viene. Pero me estoy comenzando a dar cuenta que tal podría ser el lugar más sano en el que estar. Hay un cierto tipo de necedad que es más fuerte que la sabiduría de este mundo. 

A menudo, he pretendido que sé algo. ¿Pero qué pasaría si simplemente aceptase que no tengo ni idea de cómo va a resultar nada?

¿Qué tal si confío en Él que hace que todas las cosas funcionen para aquellos que Le aman? ¿Me atreveré a afirmar el hecho de que soy un idiota- pero un idiota bendecido, que es cuidado por Dios, a pesar de mi propia ignorancia?

Traducido de Micah Bales