¿Por qué me llamas bueno?

Jesús siempre se encontraba a personas que buscaban justificarse a sí mismas. Parece que todo el mundo buscaba la fórmula segura para la salvación- para saber que ellos estaban en el lado correcto de la ley de Dios-. No han cambiado muchas cosas en los últimos 2.000 años. Con demasiada frecuencia, la religión se convierte en un juego para probarnos a nosotros mismos que vamos bien. Simplemente si seguimos las normas, rezamos nuestras oraciones y no cometemos ninguno de los grandes pecados, podemos sentirnos a salvo.

Sin embargo, seguir a Jesús no tiene nada que ver con la seguridad. No consiste sólo en obedecer un conjunto de reglas o creer en lo correcto. Desde luego no se reduce a ser una buena persona. En cambio, Jesús nos llama a un total sometimiento a Dios. Sólo reconociendo nuestra debilidad y falta de poder podemos esperar entrar en el Reino.

Jesús confronta nuestra obsesión humana con ser buenos en su famosa interacción con cierto seguidor de las normas:

"Un hombre prominente le preguntó: Maestro bueno, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solamente Dios".

Si hay un ser humano que merece ser llamado bueno, sin duda es Jesús. Sin embargo, Jesús rechaza este título. ¿Por qué?

Probablemente porque todo el diálogo apesta a idolatría. Este hombre prominente no desea una relación de dependencia con Dios. Está buscando un conjunto de reglas que seguir, no la indefinición y el riesgo inherentes al verdadero amor. El hombre llama a Jesús bueno por la misma razón por la que formula su pregunta sobre qué reglas necesita seguir: pretende un estándar externo de rectitud. En vez de lanzarse en los brazos de Dios que le esperan, aspira a saber cómo ser bueno.

¿Qué prescribe Jesús a este hombre que aspira a garantías celestiales? La no- garantía definitiva: vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres; entonces, ven y sígueme. Sólo cuando este hombre se encuentre preparado para perder verdaderamente el control podrá acercarse a Dios en espíritu y en verdad.

Suficiente sobre ese tipo, ¿qué hay de mí? ¿Estoy realmente buscando una relación con Dios o estoy buscando una lista de control con la que protegerme y asegurarme? Le podré llamar bueno todo lo que quiera, pero si no consigo imitar su humilde, desprovisto de poder, camino junto al Padre, me estaré perdiendo lo importante.

Traducido de "The lamb´s war"

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