¡SEÑOR AQUÍ TIENES MI CUERPO ENTERO!



Jesús, aquí tienes mis manos
dispuestas para construir un mundo nuevo donde habite la fraternidad y la justicia.
Jesús, aquí tienes mis pies
dispuestos para ponerse en marcha junto a los oprimidos por el camino de la libertad.
Jesús, aquí tienes mis labios
dispuestos para denunciar la opresión de los poderosos y proclamar a los pobres la buena nueva de la salvación.
Jesús, aquí tienes mi trabajo,
que quiere lograr que todos los hombres
vivan como hermanos.
Jesús, aquí tienes mis manos, mis pies,
mis labios, mi trabajo, mi sonrisa, mi tiempo, mi ilusión, mi vida.
¡Aquí estoy, Señor! Iré contigo.

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