¿Permitimos que el Espíritu nos mueva hacia la paz?
El reciente llamado del papa León XIV invitando a que se actúe “con responsabilidad y razón ” y exigiendo que “ningún país amenace la existencia de otro”, ha conmocionado por su claridad y urgencia. Es un mensaje que resuena porque toca lo más humano: la dignidad que el conflicto desgasta. Habló con la serenidad del Pastor que sabe que la violencia, aunque parezca lejana para algunos, siempre toca nuestras casas . En sus mensajes ha recordado las guerras abiertas: Ucrania, Gaza, Sudán. Pero también habló de las consecuencias invisibles: los niños sin escuela, las familias rotas, el miedo como herencia. Sin mencionar banderas ni fronteras, el Papa tambien ha pedido: “Que el Espíritu de Cristo resucitado abra caminos de reconciliación dondequiera que haya guerra; ilumine a los gobernantes y les dé el valor de realizar gestos de distensión y diálogo ”. El peligro de la guerra no es solo internacional, sino interior : cuando el odio entra sin prisa, cuando nos ac...